Las empresas son organismos vivos. Han nacido para crecer, evolucionar, alcanzar su máximo potencial, y dar grandes frutos. Aun así pareciera que, como empresarios, la consigna es mantenerlos en estado de supervivencia, sacarles el máximo jugo, y luego dejarlas morir sin siquiera permitirles alcanzar su máximo potencial. Si eres de