CON MUCHA FIBRA

Los centros comerciales son un lugar de esparcimiento y consumo, donde se reúnen las personas en una convivencia social. Son un punto de venta en el que se agrupan diversos intereses, entre los que se encuentran los locatarios, cuyo fin es la promoción y venta de sus productos, así como los dueños del centro comercial, cuyo fin es rentar los locales y mantener el atractivo del inmueble.

Esta dinámica dio pie a la creación de un instrumento financiero conocido como Fibra, que significa Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces, las cuales cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Estos fideicomisos tienen la propiedad de los centros comerciales (o en algunos casos incluso llegan a construir el centro comercial) y su fin es administrar los ingresos provenientes del inmueble, de cuyo resultado fiscal están obligados a distribuir entre los inversionistas. Con este tipo de vehículos, un inversionista tiene la oportunidad de participar en diferentes sectores de desarrollo de infraestructura y de bienes raíces, entre los que destacan los sectores industriales, comerciales, para oficinas o mixtos.

La primera Fibra en cotizar en la Bolsa Mexicana fue Fibra Uno (FUNO) en el 2011 y actualmente se encuentran listadas 12, entre las que resaltan FUNO, Terra, FibraMQ, Fibra Prologis y Dahnos. Dentro del sector comercial, las Fibras han logrado consolidarse como uno de los más sólidos (medido a través de los dividendos que se pagan a los inversionistas) ya que gracias a la apertura en el mercado de valores, los desarrolladores han podido generar complejos con mayor rentabilidad. También gracias a este tipo de instrumentos financieros se ha observado un “boom” en el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios que no sólo se limitan a centros comerciales, sino que buscan atrapar las necesidades de crecimiento en espacio de las diferentes industrias, con el fin de satisfacer la demanda y entregar un retorno a sus inversionistas.

La relevancia del sector inmobiliario, de la mano con los centros comerciales, tiene lugar en un entorno donde el comercio representa el 17.2% del PIB de México; específicamente, el comercio formal, integrado en la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales y de Autoservicio (ANTAD) aporta el 3.4%. Es por lo anterior, que el desarrollo de vehículos de inversión, fomentan el crecimiento de México, al mismo tiempo que aportan espacios para el esparcimiento en nuestro país.

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