Edición: Rubí Morales, Jorge Morales, y Sofía González
El registro más alto de todos los tiempos – equivalente a $169.3B – se debe al aumento del 39% en acuerdos respaldados por CVC, deals en startups en late-stage y un gran salto de más de $100M en mega rondas.
La reconocida empresa de análisis de negocios, CB Insights, lanzó el estudio global “Estado de CVC”, con datos y análisis de negociaciones privadas de mercado, financiamiento y salidas de Corporate Venture Capital durante 2021.
10 años trabajando el ecosistema
Nos reunimos para conversar con el equipo de Bluebox. Gustavo Huerta, Presidente de la compañía y líder de View Capital – su fondo de inversión corporativa en proptech – Juan Pablo Sánchez, Cofundador y Director General, Alejandro Cortés, Cofundador y Director Financiero, y Daniela Fraga, Socia y Directora de Operaciones.
Los cuatro nos cuentan han sido parte del desarrollo de una industria que existe desde hace más de 100 años, teniendo en sus inicios a Dupont invirtiendo estratégicamente en General Motors. Esta industria es ahora mejor conocida como Corporate Venturing y, apenas hace 10 años, comenzó a tomar relevancia en Latinoamérica.
La historia de Bluebox comienza cuando Gustavo Huerta, quien asistía a eventos de emprendimiento en América Latina tales como Startup Weekend, observó que se estaba comenzando a gestar un ecosistema emprendedor. El motivo original de estas iniciativas era incentivar a emprendedores hacia la tecnología e innovación, dejando atrás a los emprendimientos tradicionales.
Uno de los objetivos principales de los eventos era empezar a conectar posibles founders con el fin de generar startups – término muy nuevo en 2010 –, y así fue. En un evento donde Gustavo era organizador conoció a Alejandro y Juan Pablo, quienes eran participantes.
“En estos eventos puedes hacer conexiones de valor, empezar a conectar con gente. No fue que ahí mismo nos conocimos y decidimos fundar Bluebox, sino que después de esos eventos empezamos a reunirnos, el objetivo era conocer más gente que quisiera fundar empresas o, al menos, conocer el slang o ambiente startupero”, recuerda Gustavo.
Sumando las múltiples habilidades en consultoría, asesoría y operación de cada uno de ellos, entendieron que podían crear una metodología que ayudara a los emprendedores a llegar a buen puerto de forma más rápida.
Bluebox tuvo un proceso de madurez de 5 años – como la mayoría de las incubadoras o aceleradoras – donde el trabajo fue ofrecer consultoría y mentoría a emprendedores, pero siempre con el enfoque de encontrar el efecto multiplicador que llevaría a estas empresas al éxito. Hoy, son la firma número uno de Corporate Venturing y Corporate Venture Capital en Latinoamérica, además de ser general partners de View Capital, el mejor CVC de Latam enfocado en el sector proptech, que hoy tiene como objetivo gestionar $500 millones de pesos mexicanos.
Bluebox es un proyecto que empezó en 2012, pero fue recién en 2015 cuando se dio inicio a la primera búsqueda de emprendedores, inversiones y relacionamientos entre startups y corporativos. No fue un camino fácil, los fundadores tuvieron que pivotar su modelo de negocio hasta llegar a enfocarse en el jugador con mayor potencial pero que no estaba siendo atendido en Latinoamérica, los corporativos.
La innovación de Bluebox
Juan Pablo señala que, entre 2011 y 2012, el ecosistema emprendedor se encontraba incipiente en Latinoamérica. Ya existían redes de incubadoras, pero todavía no se hablaba mucho de Corporate Venture Capital y era muy difícil pensar que los corporativos participaran activamente.
“Unir startups con corporativos no era una idea que solamente sonaba bien, sino que también era una buena práctica. Teníamos que enfocarnos en encontrar el cómo permitir que en Latinoamérica los corporativos jueguen de forma activa en el ecosistema emprendedor”, explica Juan Pablo.
Cinépolis, la segunda cadena de cines más grande del mundo, se convirtió en el primer cliente que confió en Bluebox para colaborar con emprendedores en etapa temprana.
El contacto de entrada fue Miguel Mier, director global de operaciones de Cinépolis. Fue ahí que se dieron cuenta que esos ejercicios de colaboración entre startups y corporativos deben venir con sponsors del C-Level o dueños. “La innovación abierta debe ser una directriz en las estrategias corporativas”, destaca Juan Pablo.
Cinépolis fue pionero en esta colaboración con ideas del exterior. Sin embargo, en 2015 todavía era muy embrionario el hecho de tratar de trabajar con startups con un propósito que fuera más allá de fines alineados a temas reputacionales o marketing, por lo que tener éxito haciendo estas vinculaciones le resultaba complejo a los tomadores de decisiones.
“Yo creo que de ahí nace nuestra vocación, idea y modelo de negocio. Entendimos que el valor para los corporativos debe ir más allá de posicionarse como innovadores, estas iniciativas deben volcarse a lograr eficiencias o generar mayores ingresos para ambas partes”, puntualiza Gustavo.
Cómo Bluebox encontró sus bases
“Fue Cinépolis quien dio el insight que necesitaba Bluebox”, afirma Alejandro, agregando que “una oportunidad de diferenciación y, sobre todo, hacer de este un modelo de negocio sustentable. Como cualquier emprendedor, teníamos que hacer nuestro product market fit, que era en ese momento un hackathon corporativo que después decidimos llevar a aceleradora corporativa”.
En ese momento, el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) estaba impulsando el ecosistema a través del apoyo a incubadoras o aceleradoras de negocio. Esto le permitió a Bluebox desarrollar sus metodologías, programas de incubación locales, iniciativas de aceleración para PYMES, armar el equipo de trabajo y tener los recursos para sobrevivir los primeros años.
“A la par de Cinépolis, otra de las primeras validaciones importantes que tuvimos fue un corporativo regiomontano que confió en nosotros. Alestra, perteneciente a grupo Alfa en el sector de las telecomunicaciones. Gracias a esto empieza a funcionar nuestra visión que teníamos, permitiéndonos también tener acercamientos con otros corporativos como Volaris y Fundación Teletón, que más allá de ser grandes entradas de caja significaron validación y posicionamiento marca”, cuenta Alejandro.
Por su parte, Juan Pablo agrega que entre 2014 y 2016 ocurrió que “se comenzó a formar cierta interacción, pero más por un objetivo mediático. Algún evento donde cierto corporativo colaboraba con determinada startup, pero se quedaba más en un impacto mediático”.
Conectando emprendedores con corporativos
Durante todo este proceso, Bluebox tenía varias interrogantes a las que responder, entre estas: ¿Cómo debía ser esta interacción entre corporativos y emprendedores?, ¿Qué tipo de mediciones darían valor a ambas partes? y ¿Cuáles serían los resultados de estas colaboraciones?
La visión de Bluebox fue siempre lograr un impacto de negocio real para ambas partes. Es ahí donde se da inicio a un proceso que busca alinear la vinculación entre emprendedor y corporativo para impactar en la construcción de nuevos productos, modelos de negocio, canales alternos de comercialización, entre otras aristas.
Daniela Fraga, quien desde 2020 se convirtió en socia de de la compañía a través de un plan de Vesting, es Directora de Operaciones. Sobre la metodología de Bluebox, comenta que “es necesario entender la estrategia y capacidades de cada uno de nuestros socios corporativos, para traer a la mesa a las startups mejor alineadas y con mayor diferenciación. Así lograremos acercarnos a la posibilidad de disrumpir en cada una de las industrias en las que colaboramos”.
Cuando se logra tener casos de éxito tan potentes el siguiente paso naturalmente es la inversión. Es aquí donde los corporativos empiezan a “arriesgar” capital en emprendimientos, sin embargo, el riesgo se ve mitigado a través de la metodología Bluebox. La empresa se encarga de validar previamente, a través de pilotos con las startups, si realmente existe potencial para generar algo en conjunto.
“Al construir algo tan potente, hace sentido que el corporativo pueda inclusive invertir en los emprendedores, empezando a formar toda la visión de Corporate Venture Capital”, expresa Juan Pablo.
En el 2016 algo empieza a cambiar en el ecosistema emprendedor, se habla más del corporativo y a ver entidades interesadas en colaborar, tales como Bimbo Ventures, empresa que construyó su iniciativa y hoy es uno de los fondos corporativos más activos en materias ligadas a emprendedores, en sectores como foodtech, logística y muchos más.
“No era solamente sentarnos en una mesa, era también llevarlos a través del proceso de ideación, innovación y validación de estas capacidades que podrían surgir entre ambas partes”, puntualiza Juan Pablo.
Ecosistemas por industria
En 2018, cuando desapareció el INADEM, Bluebox fue una de las pocas aceleradoras que sobrevivieron. Las empresas dejaron de contar con los incentivos que eran otorgados en el sexenio anterior para el ecosistema emprendedor, de la mano de la administración del ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
Alejandro comenta “este ajuste hizo tambalear a todo el ecosistema de emprendimiento mexicano, sin embargo, nuestros ingresos empezaban a equilibrarse entre fondos de gobierno y servicios que ofrecemos a los corporativos”.
Al día de hoy, Bluebox ha trabajado con más de 25 corporativos con presencia nacional, a nivel Latinoamérica e incluso con presencia global. Bimbo, AB InBev, Sigma, Essity, SURA, AGUNSA, 7Eleven, entre muchas otras empresas.
“Fue cuando nuevos clientes comenzaron a integrarse a nuestra red que entendimos que el valor que podemos dar como Bluebox no solo radica en la conexión entre corporativos, startups y la metodología para que tengan éxito; sino que también podemos generar redes de contacto entre nuestra comunidad. Tenemos startups que han pilotado sus soluciones con más de uno de nuestros clientes, eso nos ha permitido generar ecosistemas completos de Corporate Venturing”, explica Daniela.
Para que una startup pueda colaborar de la mano de los corporativos aliados a Bluebox, se debe tener en cuenta lo que buscan para llevar sus procesos al siguiente nivel. A continuación, se presentan algunos ejemplos de los ecosistemas generados por la empresa:
“Hemos tenido casos de éxito en todos las posibles formas de colaboración con startups, desde premios hasta adquisiciones. Esto nos ha permitido ser la firma número uno de Corporate Venturing en Latinoamérica y posicionarnos como el socio estratégico de todos aquellos corporativos que hoy más que nunca están entrando al mundo emprendedor”, afirma Juan Pablo.
Estos son solamente algunos de los casos de éxito en cada una de las etapas:
Un caso de éxito que explica de forma simple el potencial de colaboración entre startups y corporativos es Bimbo trabajando con LiveKuna, un emprendimiento ecuatoriano enfocado en generar productos saludables con ingredientes funcionales.
“La startup tenía la capacidad de trazar verticalmente la cadena de valor de los ingredientes hasta el agricultor, ventaja que Grupo Bimbo no había podido lograr y que, en conjunto, lograron desarrollar”, cuenta Daniela, agregando que “existen beneficios que los emprendedores pueden traer a los corporativos no necesariamente con las ideas que tenían planeadas en un inicio. En seis meses ya estaba validado el concepto y dos meses más salió en prensa un nuevo pan llamado Supán Raíces. Un cobranding entre un emprendedor y un gigante en la panadería, alianza que derivó finalmente en una inversión”.
Otro caso de éxito relevante es la creación de View Capital en 2018, el primer fondo corporativo enfocado en invertir en startups del sector proptech, tomando como base la metodología de Bluebox para encontrar las mejores soluciones.
“La diferencia entre un Venture Capital y un Corporate Venture Capital es que el segundo, al ser capital corporativo invertido, busca retornos estratégicos para la compañía tales como lograr acceso a nuevos mercados, eficientar procesos y diferenciarse de su competencia”, aclara Alejandro.
¿Qué busca un corporativo?
“Las startups se benefician del capital económico, reputacional y relacional que los grandes corporativos pueden traer a la mesa. Cuando juntamos las capacidades del corporativo con las del emprendedor es que logramos ver nuevos casos de éxito que pueden derivar en proveeduría, co-creación de nuevos modelos de negocios, inversión e incluso adquisición”, destaca Daniela.
¿Cómo puede una startup entrar a estos proyectos con reconocidos corporativos?
Para responder a esta pregunta, los fundadores entregaron una idea general de qué es lo que buscan actualmente las empresas a nivel internacional:
1. Necesitan herramientas o aplicaciones para el análisis de las tendencias de consumo y el desarrollo de nuevas experiencias de compra, todo aquello que les permita a los corporativos entender al consumidor.
2. Las corporaciones están buscando cómo construir un modelo de negocio en torno a sus capacidades. Entre más logre simplificar y optimizar una startups los procesos de un corporativo, aumentarán las oportunidades de ser considerados.
“Si yo soy un corporativo que tiene una capacidad logística, ¿cómo puedo utilizarla para llegar a nuevos mercados y necesidades?”, menciona Juan Pablo. Entonces, “es necesario que las startups aporten valor a los corporativos y viceversa”.
La importancia del Corporate Venture Capital
Es muy relevante que las startups sean conscientes de que otra fuente estratégica de capital puede provenir de los corporativos que encuentran valor en su emprendimiento.
“La inversión de estos corporativos permite aumentar la probabilidad de éxito de una startup y los riesgos de fracaso. De las startups que reciben capital, analizando qué porcentaje tuvo éxito, salida o venta; el 34% lo logró cuando contaban con la participación de al menos un Corporate Venture Capital”, puntualiza Juan Pablo.
Por lo tanto, la probabilidad de éxito incrementa en un 11% cuando existe un corporativo asociado a una empresa emergente. Además, Juan Pablo agrega que “la presencia de un corporativo disminuye la probabilidad de fracaso de una startup en un 9%. Al sumar ambos porcentajes, el diferencial de impacto que tiene un corporativo en la colaboración donde se desempeña una startup es de 20%. Este resultado no es algo regular, sino un gran impacto”.
Los sectores más rentables para emprender
Desde el punto de vista de los expertos en inversión, no es sorprendente escuchar que las industrias que están tomando mayor relevancia en la actualidad son las greentech, un sector vital que necesita de las innovaciones e ideas nuevas que traen los emprendedores.
Todo lo relacionado a economía circular, sustentabilidad y tecnologías verdes es un campo importante en Latinoamérica y todo el mundo; ya que hoy es sumamente relevante encontrar soluciones para disminuir la huella de carbono.
La industria alimentaria también necesita de innovaciones, siendo actualmente muy rentable con el surgimiento de cientos de startups ligadas a esta área. Según Gustavo, “otra industria potente es la de bienes raíces, ya que la tierra es uno de los activos más importantes y de los que generan más producto interno bruto en el mundo. Además, la industria cuenta con un alto potencial de innovación”.
“La labor de construir se desempeña desde la época de los egipcios, quizás hoy en día contamos con grúas pero se sigue viendo la industria de la misma forma, pese a que las innovaciones han sido mínimas creo que estamos a punto de pasar a tener avances en Latinoamérica que serán cada vez más exponenciales”, agrega Gustavo.
Incluso, el equipo de Bluebox considera que los bienes raíces pueden ser el próximo fintech, haciendo referencia al período en que los fondos de inversión estaban muy interesados en invertir en el sector. Gustavo pronostica que será un sector con mucha atención, como una forma de darle la importancia que merece al activo más relevante que tienen las personas, su vivienda.
“Las empresas de proptech son mercados donde los Venture Capital ponen mucho foco. Una industria potente que tiene un valor que asciende a un trillón de dólares. Otra industria que ha recibido mucha atención es la movilidad, ya que puedes tener una buena casa pero ahora nadie puede discutir que, a la hora de elegir, la buscas pensando en sus alrededores y cómo te vas a movilizar”, comenta Gustavo.
Bluebox junto al grupo Flecha Amarilla, corporativo de transportación ubicado en Guanajuato, están trabajando arduamente para seguir creando un ecosistema que tenga aliados relevantes del sector.
Además de estos sectores, Juan Pablo suma el área logística, ya que las marcas quieren llegar de forma más directa al consumidor, usar estrategias B2C y, para lograrlo, se necesita de grandes tecnologías y desarrollo de emprendimientos logísticos que logren desagregar las cadenas de distribución, subdistribuidor, puntos de ventas, entre otros.
Lo único constante es el cambio
Los Venture Capital pasan por una evolución cada 8 o 10 años, en distintos estudios se ha comprobado que en este periodo de tiempo las industrias atraviesan cambios.
“El escenario al que queremos llegar con nuestros ecosistemas es uno donde no solo administremos una cantidad pequeña de capital para invertir, sino que podamos llevar a nuestros partners a un nivel donde son competitivos también en el tema del financiamiento”, explica Gustavo.
Para todos los que quieran colaborar con corporativos, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Claridad sobre en qué etapa está tu startup y qué tipo de inversionista necesita.
- Tener la capacidad de ayudar y dar resultados a través de la startup a los corporativos.
- Contar con la presencia de un Venture Capital tradicional, brindándole así una visión financiera del negocio, buen enfoque y alineación del desempeño de la startup.
Esto es sólo el inicio
Bluebox cuenta actualmente con una base de datos de más de 2.500 startups que han sido alineadas a verticales corporativas. Solo el primer trimestre de 2022 la empresa ha colaborado con más de 25 corporativos en distintos servicios, alineados a potenciar el Corporate Venture Capital en Latinoamérica. Uno de sus principales objetivos es seguir incentivando a más corporativos a unirse al ecosistema emprendedor y así, en un futuro no tan lejano, cuadruplicar la cifra de $74 millones de dólares.
Las startups deben tener muy en cuenta el Corporate Venture Capital ya que, sin importar del sector del cual provengan, la participación de un corporativo relevante en su industria es imprescindible.
Bluebox cuenta con presencia física en México y Chile, además de operaciones en Colombia, Perú, Centroamérica, España, Canadá y Estados Unidos. El equipo de trabajo busca seguir haciendo historia en el ecosistema emprendedor a nivel internacional. Y, así como su nombre hace referencia a una visión innovadora, demuestran con su extraordinario trabajo que las grandes ideas pueden cobrar vida.
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