5 CLAVES PARA EL ÉXITO PROFESIONAL

CADA VEZ ES MÁS DIFÍCIL PARA LAS NUEVAS GENERACIONES ALCANZAR EL ÉXITO; ESTOS 5 FACTORES DEFINITIVAMENTE SON DECISIVOS PARA LOGRARLO.

Hace poco participé como orador invitado a un evento de reconocimiento a los mejores promedios de las carreras de Ingeniería y Tecnologías de Información del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Como Socio Director de Sintec, en donde hemos trabajado con centenares de proyectos con empresas internacionales, he tenido la oportunidad de observar y sobre todo aprender lecciones que años de estudios académicos no pueden otorgar. 

A lo largo de más de 30 años he visto estudiantes que se convirtieron en directores generales, empresarios que empezaron con un pequeño proyecto y ahora tienen grandes negocios. He trabajado con personas muy talentosas que lograron grandes cosas y también otras igual de buenas en lo que hacen que podrían haber logrado grandes proyectos, pero han fracasado. Esto me pone en una situación privilegiada donde tengo una nueva perspectiva y en donde para mí la pregunta clave es: ¿En función de qué se basa el éxito profesional de una persona? Por lo tanto, me di a la tarea de pensar qué consejos, con base en mi experiencia, quisiera darle a aquellos que tienen un excelente desempeño académico y están por emprender en el mundo laboral.

A mi punto de vista, existen cinco aspectos que hay que cultivar si se quiere trascender en una carrera profesional:

  1. Aprender y sobreponerse de los fracasos. El mundo profesional está lleno de incertidumbre y es increíblemente complejo. El éxito no es seguro, y si se logra es pasajero, pero el fracaso definitivamente sí es inequívoco. No conozco una sola persona de éxito que no haya fracasado. Lo fundamental es que nuestras formas de pensar, decidir y actuar son parte esencial de esos tropiezos. Entonces, el aprendizaje requiere que para mejorar lo de “afuera”, entendamos lo de “adentro”, a uno mismo. Requiere la capacidad de resiliencia para sobreponernos a los golpes a la autoestima y la emoción que van de la mano de los fracasos. En nuestra actividad profesional tenemos que seguir aprendiendo siempre, pero de una forma diferente a como lo hacemos en una universidad.

  2. Debemos trabajar con otras personas. No estamos aislados; nadie somos mejores que la gente que nos rodea porque nuestro desempeño depende de otros. No es una tarea sencilla cuando tenemos que trabajar con gente que tal vez nunca escogeríamos como amigos, sin embargo, es necesario aprender a trabajar con gente distinta, que tienen diferentes pensamientos, orientaciones culturales, sexuales, e incluso, abrir nuestra mente a futuras generaciones. La clave para trabajar con todo tipo de personas es reconocer nuestros propios límites y apreciar que el significado de un límite, para otros no lo es, y por eso nos complementamos. En esta complementariedad podemos hacer las cosas mejor que lo que se podrían lograr haciéndolas de forma individual; es así que debemos tener la capacidad de construir relaciones productivas, con personas que nos ayuden a elevar nuestro nivel de desempeño, así como a apreciar, escuchar, y colaborar.

  3. Vivimos en un medio ambiente con problemáticas de todo tipo; sociales, civiles, ambientales, etcétera, no podemos ser ajenos a esto, ni ser exitosos profesional o académicamente, e ignorar lo que pasa a nuestro alrededor. Quienes poseemos la fortuna de “tener” estamos obligados a compartir, pero sobre todo compartir lo más difícil, que no es dinero, sino nuestro tiempo. Dar nuestro tiempo es dar nuestro ser, y hay que hacerlo en la parte que nos corresponda.

  4. Tenemos que tomar decisiones. El éxito no es una cuestión de talento, es de decisiones. Aquellas más difíciles son las relacionadas con gente, empezando por uno mismo. Todos tenemos nuestros “lados brillantes” y nuestros “lados oscuros”, pero queda en nosotros a cuál obedecer. Las principales decisiones a las que nos enfrentamos son de ética, donde el paraguas que debemos utilizar para tomarlas son nuestros valores.

  5. Ser personas balanceadas. Si bien es importante tener éxito profesional, nunca hay que descuidar el ámbito personal y el familiar. No puede el éxito de una parte compensar al fracaso de otra. He visto personas triunfar empresarial y económicamente, pero que personal y familiarmente han fallado; lo cual me lleva a preguntarme ¿de qué sirve eso? ¿De qué sirve tener todo ese patrimonio si en lo personal se fracasa?

Las nuevas generaciones no lo tienen fácil, están saliendo a aprender de un mundo difícil, en donde el éxito es pasajero y el fracaso es seguro. Pero las armas que tienen a su favor serán su capacidad de trabajar con otras personas; como bien dice el proverbio “si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Adicionalmente debemos ser partícipes en la resolución de problemáticas de nuestro ambiente y donar tiempo, talento y conocimiento. Pero, sobre todo, hay que aprender a tomar decisiones basadas en nuestros valores y ser siempre personas balanceadas. 

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