Por: Guillermo Jaramillo
El confinamiento social provocado por la pandemia del COVID-19, aunado a la pandemia de inseguridad y económica, ha generado un sinnúmero de conflictos personales que se ven reflejados en la vida cotidiana y, por ende, en la vida familiar.
Y es en este punto en donde la mediación puede ser la primera vía para empezar a solucionar las diferencias que surgen dentro de la familia y a su vez evitar una escalada de conflictos sociales.
Así lo afirmó el Dr. Francisco Gorjón Gómez, catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología (FacDyC), de la Universidad Autónoma de Nuevo León, durante la presentación del libro de su autoría, La mediación como vía del bienestar y la felicidad, publicado por la editorial española Tirand Lo Blanch.
“El sistema de bienestar social en el mundo no estaba preparado. Los sistemas de educación, de seguridad han demostrado que no estaban preparados y las personas que de alguna manera se encontraban administrándolos tampoco estaban muy preparadas porque no existían procesos que garantizaran una operatividad idónea ante esta circunstancia”.
“Debemos partir de que para entender el bienestar social hay que tomar en cuenta el bienestar subjetivo, aquello que nosotros percibimos que nos genera bienestar”, afirma el miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 2, desde 2001.
Y es en este entorno en donde la mediación y los demás métodos de resolución de conflictos hacen su aparición.
Francisco Gorjón asegura que se puede llegar al bienestar a través de la mediación y que, aunque el Estado es el garante del bienestar, este no cuenta con los sistemas suficientes para garantizar que esto sea una realidad, y mucho menos en los tiempos actuales.
Gorjón Gómez advierte además que hay que poner especial atención a la violencia estructural, pues para el especialista es la madre de todas las violencias, somos todos, el hacer o no hacer de instituciones, de personas, de la sociedad en general. El simple hecho de no respetar una regla o norma, el simple hecho de no usar un tapabocas es violencia estructural.
“Y el tamiz que puede ayudar a serenar esta violencia estructural y que aparezca la paz estructural es la mediación”, apunta el Subdirector de Posgrado de la FacDyC.
De acuerdo con el catedrático de FacDyC, resolver los conflictos a través de la mediación basado en el interés de las partes y con respeto del de los demás es la vía idónea que puede en un momento dado evitar que los conflictos se den en escalada.
El mediador
El doctor Gorjón Gómez observa que la figura del mediador suele identificarse como agente conciliador de la paz, un hacedor de caminos para encontrar el bienestar.
Los mediadores podemos generar acciones y que un acuerdo se pueda asociar a la felicidad, a la capacidad de elegir que tienen las personas.
“El mediador puede ser un agente de paz. Es aquella persona que puede operar o desarrollar acciones concretas para palear esta violencia estructural en donde estamos inmersos todos, en un esquema multidimensional, ya no solamente interdisciplinario”
Francisco Gorjón Gómez, Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología.
“La propuesta de esta obra que hoy presentamos es invertir la lógica de la generación del bienestar, ya que por lo regular quien es el responsable del bienestar social es el sistema político”, dijo el especialista en métodos alternos para la solución de controversias.
La felicidad como consecuencia del bienestar
Francisco Gorjón Gómez, quien ha sido pilar de la Maestría en Métodos Alternos y el Doctorado en Métodos Alternos de la FacDyC, indica que el bienestar tiene como consecuencia la felicidad.
“Partimos de la idea de que el acuerdo de mediación produce bienestar. El bienestar y la felicidad son sinónimos. El acuerdo de mediación, al decir que produce felicidad, lo hace al generar perdón. Y este perdón tiene un esquema de adaptación”
Francisco Gorjón Gómez
“Estamos hablando de un perdón legal que tiene consecuencias legales favorables para las partes, pero también hay un perdón moral que no es más que la máxima expresión de la libertad, pues estamos hablando del ejercicio del libre albedrío a través de la decisión en un acuerdo de mediación siempre y cuando respete los intereses de las partes y con el límite del orden público”, sentencia Gorjón Gómez, quien también pide tomar nota de que en el derecho no todo se puede mediar.
El catedrático redunda en el estado de felicidad al reconocer que esta última no puede lograrse si no hay un entorno de bienestar.
“El bienestar condiciona nuestros vínculos sociales, profesionales y afectivos con nuestra familia, nuestros amigos, nuestro desempeño en el trabajo, en nuestra escuela, redunda en nuestra salud física y mental. Para hablar de un estado de bienestar tenemos que hablar siempre de felicidad, la cual implica productividad y seguridad, respeto, progreso, calidad de vida”, dijo.
El Doctor en Derecho menciona que la mediación es una decisión que requiere solidaridad y un sentido de fraternidad.
“Cuando resolvemos un conflicto a través de la mediación tenemos que ser solidarios, cooperativos y este esquema redunda en un esquema de amistad y la amistad refuerza los lazos de fraternidad”, puntualiza”.