Por: Dafne Navarro Miranda, Coordinadora de contenidos en Great Place to Work® México
Sin temor a equivocarme puedo pensar que hasta ahora has cubierto todos los aspectos necesarios para la etapa temprana de tu empresa, en la que a través de la tecnología digital tu negocio escalará rápida y fácilmente.
Y la cultura de tu organización, ¿ya la consideraste? Porque es probable que en muy poco tiempo vayas a necesitar armar tu equipo y necesitarán de un “alma”.
Primero, te invito a entender que es esto del “alma”, la cultura de tu organización. Es como el ADN de la compañía, la personalidad que la define y que la hace totalmente diferente a cualquier otra.
Se trata de aquellos principios que conforman la personalidad y que determinan las bases de sus procesos y actitud.
Podemos decir que está compuesta de las percepciones, sentimientos, hábitos, creencias, valores, tradiciones y formas de interacción dentro y entre los grupos.
La cultura es imprescindible para conseguir buenos resultados de negocio, porque la personalidad de una organización genera que los clientes puedan sentirse identificados con ella y elegirla en su decisión de compra.
¿Cómo construyo una cultura organizacional?
Lo segundo que te invito a entender es que, cuando nos referimos a construir una buena cultura no estamos hablando de instalar un videojuego en la sala de juntas, a colocar sillones para dormir la siesta, ni a implementar una holocracia. Es definir una serie de valores, conductas y actitudes aceptables que permitan trabajar mejor y aumentar la productividad en un ambiente que resulte agradable.
Para lograrlo se debe empezar por definir objetivos claros y comunicarlos a todo el equipo, así se orientarán los esfuerzos de todos.
Se necesita seleccionar a la gente adecuada, y aquí el startup tiene una ventaja, pues podrá seleccionar la personalidad de los primeros colaboradores para que ajusten con la cultura.
La comunicación abierta y honesta es fundamental para dar a conocer los procesos que atraviesa la organización, si está creciendo, recibiendo nuevos clientes o fallando en algún proceso. En las startups la incertidumbre acerca del futuro es una constante que vive en los equipos; la comunicación genera confianza.
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La creación de vínculos entre las personas es valiosa para crear cultura, y aquí dependerá de la manera en que cada startup crear espacios comunes de intercambio, ya sea desde un almuerzo hasta reuniones semanales de recreación.
Escuchar la voz de los colaboradores permitirá conocer sus necesidades, ideas y gustos, con lo cual se podrán edificar las prácticas adecuadas para motivarlos, mantenerlos entusiasmados y permitirles tener una vida personal.
Como verás una gran parte del trabajo para construir una cultura organizacional corresponde a los dueños y los líderes.
Cultura y liderazgo van de la mano
Las culturas basadas en el modelo de alta confianza y alta rentabilidad logran cohesión, sentido y visión en una organización sin que en realidad importe su tamaño.
Los Mejores Lugares para Trabajar® han encontrado que la Credibilidad, el Respeto, la Imparcialidad, el Orgullo y el Compañerismo, representan los elementos necesarios para crear climas de trabajo favorables para todos.
Este modelo de cultura es adaptable a cualquier tipo de organización sin importar la fase en la que se encuentre: temprana, escalable o de crecimiento exponencial; tampoco importa su tamaño o la cantidad de personas que la conforman.
Un liderazgo efectivo se vuelve entonces clave para que la cultura se permee hacia todas las operaciones y relaciones en una organización.
El líder de un startup puede tener talento nato para dirigir e inspirar, sin embargo, todas sus decisiones y comportamientos deberán estar soportados sobre la cultura de su organización. La importancia de este punto reside en que él y en nadie más, recae la responsabilidad de transmitir esa cultura laboral a todos.
Vale la pena invertir a tiempo
Las startups que carecen de una adecuada cultura laboral pueden enfrentar alta rotación de personal, poca disposición de los colaboradores a participar en equipo, escaso sentido de pertenencia y por consecuencia, resultados financieros desalentadores.
Creer que las ideas para salir adelante de problemas como esos vendrán en exclusivo de los directores o dueños, es un error.
Invertir en la construcción de una cultura organizacional no es caro si se compara con los beneficios que a cambio se obtienen:
- Crear un entorno de trabajo motivador y entretenido
- Que todos sientan que tienen algo para aportar
- Atraer y, sobre todo, retener el talento que necesitas
- Ofrecer un ambiente más creativo, con más responsabilidades en todas las posiciones
- Flexibilidad en el trabajo
En ocasiones, las organizaciones que van arrancando no consideran importante en su inicio el contar con una misión, visión y valores que guíen el rumbo del negocio, descripciones de puesto que clarifiquen las funciones y cargas de trabajo, o evaluaciones de desempeño, cuando forman parte vital de una organización sólida. A la larga esto puede representar un costo alto que se reflejará en los indicadores del negocio.
A partir de que se implementa una adecuada cultura organizacional, de acuerdo con los expertos de Great Place to Work®, las cosas empiezan a suceder y con mucha probabilidad – dependiendo de la seriedad, disposición y la comunicación efectiva –en un año o menos, los cambios se pueden observar y medir en las personas, los resultados financieros y en la comunidad.