Muchos productos (automóviles, computadoras, teléfonos móviles, línea blanca, etc.) que necesitan un chip para funcionar se están tardando en ser entregados al consumidor por la dificultad de conseguirlos.
Esta situación creó una coyuntura que una empresa visionaria supo aprovechar para recuperar su competitividad en el mercado mundial, dejándonos como enseñanza que una decisión debe ser razonada en forma holística.
No importa el tamaño de la empresa, ni el monto de inversión a ser realizada, el éxito definitivamente es un boleto de admisión a un nuevo conjunto de decisiones acertadas.
Intel Corp.
Intel Corporation es una compañía estadounidense y uno de los mayores fabricantes de circuitos integrados (chips) en el mundo.
Esta empresa anunció en enero 2022 la realización de una inversión millonaria de 20,000 millones de dólares americanos en nuevas fábricas productoras de chips en Ohio, E.U.A., aunada a la construcción de dos nuevas plantas en Arizona, iniciadas en el año 2021.
Muchos estados de E.UA. peleaban por recibir esta singular inversión ofreciendo incentivos económicos para lograrlo ya que una inversión de esta magnitud, además de generar una derrama económica importante, auguraba una mayor seguridad estratégica para E.U.A. con el fin de tener chips disponibles a mediano plazo, disminuyendo su dependencia de empresas trasnacionales o extranjeras.
Para comprender el debate sobre esta acción llevada a cabo por Intel, conviene profundizar un poco en el suceso para evaluar el impacto de las decisiones de la empresa en un entorno de mercado, competitividad y geopolítica.
A mediados del siglo pasado, la producción de chips baratos fue un punto clave en el desarrollo de las economías por ser insumos de bajo precio que fungían como un contrapeso inflacionario ante el desarrollo veloz de productos de nuevas tecnologías.
Precisamente la producción de semiconductores baratos fortalecía su incursión competitiva a la nueva ola tecnológica.
La era del “boom” en computadoras, haciéndolas accesibles sin un incremento sustancial en sus precios, fue resultado de una sana competencia, así como a eficiencias productivas de las empresas productoras de chips que mantuvieron barato su costo para los compradores de ellos. El comportamiento de los precios de estos valiosos insumos tecnológicos mantuvo balanceada la inflación en la economía de E.U.A.
Intel es un excelente ejemplo de lo ocurrido durante dichos años. Tuvo grandes márgenes de ganancia debido a su agresiva competitividad ya que logró ofrecer los mejores y más baratos chips del mercado. S
in embargo, durante los últimos años, otras empresas empezaron a competir agresivamente con Intel impactando su rentabilidad y haciéndole perder su poder de bajo precio.
Sus mayores competidores han sido la multinacional Nvidia Corporation y la compañía estadounidense Advanced Micro Devices Inc. con sede en Santa Clara, California, empresas apoyadas por una empresa productora en Taiwán, TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Co.), entre otros.
Hoy por hoy, la escasez de chips provocada por la pandemia ha establecido una nueva realidad en cuanto a los precios de este insumo vital.
Los compradores de chips están siendo forzados a aceptar contratos de compra de largo plazo que no van a poder cancelar. Aún la empresa Apple Inc. ha tenido que pagar sobreprecios por componentes que no están disponibles en abundancia. Es de esperarse que este incremento en los precios de los chips no vaya a retroceder.
Perspectivas de la decisión de Intel
Uno de los más importantes competidores de Intel es la compañía taiwanesa TSMC, misma que se ha convertido en la gran dominadora del negocio de la venta de chips a nivel mundial.
Con más de 51,000 empleados, considerando a todas sus empresas subsidiarias, sus chips se utilizan en un amplio abanico de empresas, desde la informática, las comunicaciones, los vehículos, etc., en muchas ramas de la industria. Estos pequeños chips se han convertido en un producto estratégico de sobrevivencia.
Especialmente durante la era de la pandemia, TSMC, empresa ubicada en el Parque Científico de Hsinchu, en Taiwán, es considerada como una de las compañías más necesarias en un planeta que depende de los pequeños chips que fabrica.
La visión geopolítica de temores por el conflicto entre E.U.A. y China, así como la siempre conocida ambición de China sobre Taiwán, colocan a TSMC en una visión de un posible peligro geopolítico.
Al día de hoy, TSMC conserva una competitividad extraordinaria, que hoy por hoy ningún productor la puede superar.
Aunque toda inversión en un país es buena, generadora de empleos y una señal positiva al mostrar una economía en crecimiento, la decisión de Intel tiene dos aspectos que vale la pena evaluar: maduración de la inversión y chips a ser producidos.
Las plantas que anunció Intel tienen un periodo de maduración de aproximadamente 3 a 4 años, ya que podrán operar hasta el año 2025.
La decisión es buena en cuanto a creación de fuentes de trabajo y como un movimiento estratégico de la empresa para recuperar su competitividad y aprovechar los incentivos económicos que le ofreció el estado de Ohio por la coyuntura económica de la escasez de chips que se está viviendo en el mundo.
Sin embargo, los frutos de esta decisión se concretarán a mediano plazo, y no es una estrategia para salvar de la escasez de chips que el planeta está viviendo en el hoy de cada día en la economía norteamericana, pero si es estratégica como una visión geopolítica de seguridad nacional a mediano plazo, asegurando el avance norteamericano en la era tecnológica.
Por otro lado, se debe analizar qué tipo de productos serán los que esta nueva planta producirá. En el anuncio de Intel se especifica que se producirán microprocesadores de última generación tecnológica.
Una visión impresionante y futurista que sin duda es muy buena. Aunque precisamente estos chips de última tecnología no son los que hoy por hoy están escasos.
La escasez mencionada se refiere a los chips para productos simples, como convertidores de energía y chips análogos que se producen actualmente en las plantas antiguas de la empresa.
Un productor de chips jamás invertiría en una nueva planta para producir artículos que pronto quedarían obsoletos. Los chips de generaciones anteriores se producen en ubicaciones antiguas de la empresa.
Comentarios finales
La decisión de los fabricantes de semiconductores es muy buena, sin duda, aunque esta decisión no tiene nada que ver con la idea de que esta inversión salvará la economía estadounidense de su inflación actual ni de su situación de escasez de estos productos, es una decisión estratégica.
Esta es la razón de haberse convertido en una decisión muy elogiada por la seguridad de abastecimiento que ofrece a E.UA. para el mediano plazo y por la derrama económica que generará.
Las empresas productoras de chips hoy por hoy no pueden salvar la escasez de chips ni ayudar a disminuir la inflación. Su visión está enfocada en su rentabilidad y su sobrevivencia en el mediano plazo al estar preparándose para su incursión en la nueva era tecnológica.
El debate sobre la decisión de Intel abunda en las noticias, con críticas sobre la necesidad de esta inversión y su apoyo para detener el proceso inflacionario que vive inusualmente la economía norteamericana, en la que la escasez de chips parece una de sus fuentes principales.
Y si la visión de algunos críticos era pensar que los anuncios de las compañías tecnológicas sería un alivio al proceso inflacionario que vive hoy E.U.A., no es acertado, aunque sus decisiones estratégicas sí lo sean para el futuro.
Para todo emprendedor, una decisión de negocio no se lleva a cabo para disminuir la inflación. El fundamento es más holístico: la empresa debe mantenerse a la vanguardia tecnológica, ser productiva, buscar competitividad y rentabilidad, tener las habilidades de la visión a mediano plazo y el conocimiento del mercado y su geopolítica para aprovechar el “lobbying” gubernamental que pudiera apoyarla.
Esto es lo que sucedió precisamente con Intel: su decisión estratégica debe ser felicitada, porque confirma que el éxito definitivamente es un boleto de admisión a un nuevo conjunto de decisiones acertadas.
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