Por: Luis Arana, director Banca Digital en Grupo Financiero Monex
El mundo ha evolucionado, la forma de crear y hacer negocios ha dado un giro radical, exigiendo productos que se adecúen a la operativa del día a día. Ahora los clientes demandan servicios más ágiles, más dinámicos y que satisfagan las necesidades financieras.
La adopción de la tecnología
Sin suplir el servicio humano, la tecnología es una de las responsables directas de estos cambios y sin lugar a dudas puede convertirse en el aliado indispensable para conseguir el anhelado éxito, aunque también puede ser el peor villano.
Al momento de desarrollar un producto o servicio financiero se deben tomar en cuenta los requisitos a cumplir, analizando las tendencias actuales y tratando de alguna manera predecir las futuras.
El mercado de divisas no es ajeno a este cambio, conseguir el mejor precio de compra o de venta es uno de los objetivos principales de cualquier cliente que necesita cubrir una posición larga o corta en su tesorería. En el mercado hay diferentes formas de lograrlo, desde hablar con su asesor financiero hasta tener cotizaciones de distintas fuentes en tiempo real.
¿Qué cuidar en tu plataforma digital?
Las plataformas digitales para comprar y vender divisas han sufrido cambios importantes en los últimos tiempos, se han reforzado debido a las exigencias de operación de la misma tesorería, buscando transparencia en las cotizaciones y agilidad de precios en tiempo real. Actualmente, y a diferencia de años anteriores, en las que eran exclusivas de clientes con tesorerías sofisticadas de corporativos y grandes empresas, han logrado colocarse en clientes empresariales incluso en pequeñas y medianas.
Tener una experiencia de usuario positiva es un factor determinante para la adopción de nueva tecnología por lo que la Banca Digital debe tener como características principales ser intuitiva, fácil y con altos estándares de seguridad que le permita al usuario estar al pendiente de sus transacciones, inversiones y pagos desde cualquier parte del mundo a la hora que lo requiera.
La banca digital debe complementar el servicio personalizado que se tiene con cada uno de los clientes, diseñando estrategias individualizadas, así como contar con la infraestructura para la transparencia de precios, agilidad de pagos, coberturas hechas a la medida y servicios que completan la operación del cliente día a día.