Adquirir activos individuales o en paquete: ¿Qué es mejor y por qué?

Descubre cómo potenciar tus inversiones con activos en "paquete". Conoce qué son, sus bondades y por qué es mejor que invertir en activos individuales.

Por: Joaquín Alducin Pérez Cuellar, asesor de Banca Privada en Monex.

Nunca he oído a alguien decir que en lugar de adquirir un vehículo en una agencia, prefiere comprar las piezas en una refaccionaria para armar su propio automóvil. En el mundo de las inversiones pasa algo similar. Los activos individuales son como las piezas del automóvil que están disponibles en la refaccionaria.

Un inversionista puede construir un portafolio de inversión seleccionando activos de diferente naturaleza, ya sea activos individuales o en paquete, y considerando que en conjunto obtendrá un resultado deseado. De este modo, podrá adquirir títulos de deuda que generan intereses, acciones de empresas cotizadas en bolsa y diferentes divisas.

El desarrollo y crecimiento de los mercados financieros y los productos disponibles qué ofrecen los intermediarios, ha permitido que las piezas o los activos puedan ser adquiridos por los inversionistas en forma individual o en paquete.

¿Por qué es mejor comprar activos en paquete?

Una forma de hacer paquetes de activos que tienen un perfil de pago y de rendimiento específico, son los llamados productos estructurados. A estos algunas personas les llaman “notas estructuradas”. Se trata de títulos que emiten instituciones financieras y que ofrecen a su comprador un perfil de pago específico, dependiendo del cumplimiento de las condiciones que se determinan en el prospecto de colocación del título. 

El objetivo que persigue un inversionista al comprar un producto estructurado es muy sencillo de identificar. Por un lado quiere obtener un rendimiento atractivo, y por el otro probablemente busca tener un nivel de protección sobre su capital, aunque también puede ser que quiere tener facilidad de comprar varios instrumentos en uno solo. Como si fuera un automóvil, es mejor adquirirlo completo que comprar las piezas por separado.

Los productos estructurados que ofrece el mercado a los inversionistas se pueden clasificar en dos grupos. En el primero están los estructurados denominados como “protección de capital”. Y en el segundo se encuentran los instrumentos que no ofrecen ningún tipo de protección sobre el capital invertido, y tienen riesgos similares a los instrumentos tradicionales que pueden subir o bajar de precio.

Cuando se emite un título con protección de capital, la institución emisora ofrece un título estableciendo en sus condiciones que al vencer podrá ganar algún rendimiento. Sin embargo, el pago nunca podrá ser menor que la cantidad que se invierte al inicio. 

El grupo de productos estructurados está conformado por los que se conocen como productos sin protección de capital, o productos con capital en riesgo. El propósito que persigue el inversionista es buscar mejores rendimientos en su portafolio de inversión y está dispuesto a arriesgar parte del capital invertido en caso de que las condiciones de los mercados sean adversas.

Normalmente a mayor riesgo hay mayor rendimiento. Estos son los inversionistas que compran acciones en bolsa o invierten en divisas volátiles, tomando riesgos que para ellos son aceptables y buscando mayores utilidades.

Cuando se construyen productos en “paquete”, es posible ofrecer al inversionista instrumentos que tienen un perfil de rendimiento superior y algún tipo de pago periódico de intereses. Incluso se pueden estructurar estrategias que además tengan un cierto grado de nivel de protección, este es el caso de los instrumentos conocidos como títulos opcionales o warrants.

Estos últimos son títulos que emite una institución como un banco o una casa de bolsa y son inscritos en una Bolsa de Valores. Están vinculados al desempeño que puede tener la acción de alguna empresa que cotiza en bolsa. Es común encontrar títulos referenciados a acciones globales y que son las más populares.

El rendimiento de estos instrumentos estará en función de las condiciones que se establezcan, y por lo general encontramos que el pago es alto contingente al cumplimiento de las condiciones. Por ejemplo, que la acción suba o a la que se vincula no baje.

Cartera de inversión con productos estructurados

Gracias a la posibilidad de comprar productos estructurados, un inversionista tradicional puede participar en el comportamiento de activos a los que probablemente no tendría acceso en forma individual. O que tal vez que sería complicado para él construir el mismo perfil de pago a través de sus partes. Por eso es más fácil comprar en “paquete”

Regresando al ejemplo del automóvil, quién quiere comprar en una agencia podrá solicitar algunas variaciones como el tipo de asientos, rines, color, o capacidad del motor. Lo mismo puede suceder con el producto estructurado, ya que el inversionista puede escoger entre diferentes niveles de rendimiento (que podría ser la potencia del motor), diferentes plazos, y diferentes activos a los que está vinculado el título.

Al igual que hay gran cantidad de modelos de automóviles, en el sistema financiero existe una gran variedad de productos estructurados con diferentes perfiles de pago, de plazos y de riesgo.

Con estos “paquetes” es como el sistema financiero contribuye a la satisfacción de las necesidades individuales de los inversionistas que buscan mejores rendimientos. Una buena oferta de productos estructurados les permite elegir los instrumentos en los que van a invertir mejorando su nivel de satisfacción con su propio portafolio. Ya lo sabes, si quieres adquirir activos, la mejor opción es hacerlo en “paquete”.

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