Pily, como la conocen sus amigos, al terminar la preparatoria estudió un año en Florencia, Italia Historia del Arte, Pintura y Escultura. Cuando regresó a la ciudad decidió ingresar a la Licenciatura en Diseño Gráfico. Entre los múltiples logros en su trayectoria profesional como diseñadora destacan haber sido miembro del comité organizador del Congreso Nacional de Diseño e impartir clases en universidades como De la Salle y el Tecnológico de Monterrey, así como también haber sido consejera titular del Instituto Cultural del 2000 al 2003.
Cuando sus cuatro hijos eran pequeños decidió tomar talleres, materias, cursos y asesorías en la Escuela de Artes Plásticas Antonio Segoviano y comenzó a materializar su sueño de dedicarse al arte. Como artista ha logrado participar en numerosas exposiciones en distintas ciudades de México y en países como Estados Unidos, Italia, China, Canadá y Francia. Fue seleccionada para la colectiva del Festival Internacional de Arte Contemporáneo, realizó obra de gran formato para el Museo Sacro de León y el Hospital Ángeles.
Actualmente forma parte de Pro-Arte y del comité organizador de subastas a beneficio del Centro Comunitario Virgen Reina de la Paz, Biblioteca Imagina y Orquesta Sinfónica Infantil Imagina.
¿Cómo comienzas a involucrarte con la pintura?
Desde que era muy pequeña me encantaba dibujar y pintar. Encontraba una especial fascinación en la creatividad y libertad que te da el arte. Cuando estaba estudiando en la escuela de Artes Plásticas empecé a participar en exposiciones en diferentes espacios culturales y galerías. La pintura fue desplazando poco a poco al diseño gráfico, hasta que me dediqué completamente a pintar como mi trabajo diario. Al principio haciendo encargos de pinturas para particulares o vendiéndolas en las exposiciones en las que participaba, luego haciendo series de algún tema, se fue aflorando cada vez más mi pasión por el arte, en especial la pintura. A los viajes que tengo oportunidad de ir, hasta la fecha, siempre son acompañados por visitas culturales a museos, galerías y espacios culturales. Es increíble todo lo que el ser humano es capaz de manifestar a través del arte y lo que refleja de la época que está viviendo, puntos de vista tan diferentes como granos de arena tiene el mar. El arte es una fuente inagotable de imágenes del ingenio y creatividad humanas, por eso me apasiona tanto.
¿Cómo comienzas a encontrar tu propio estilo y cuál es?
Comienzo a encontrar mi estilo de una forma paulatina, explorando, experimentando y descubriendo a través de los años un estilo cada vez más propio y profundizando cada vez más en los temas que más me inspiraban. Haciendo series que eran variaciones sobre el mismo tema, los cuadros que fueran necesarios hasta agotar las formas en que quería expresarlo. Algo que me ayudó mucho a desarrollar mi estilo fue un curso que tomamos un grupo de artistas con Othón Téllez, que entonces era el director de la Escuela de Artes Plásticas “la Esmeralda” . Durante alrededor de dos años nos dedicamos a trabajar intensamente en los temas y características que más nos definían a cada una como artistas. Cada una de nosotros tomó un rumbo tan diferente que era fascinante ver la evolución hacia el estilo de cada una. Mi estilo incluye la representación de la figura humana pero no de manera hiperrealista sino más bien de una forma en donde la expresión y la emoción que transmite por medio de la combinación de colores y formas es lo principal. También trabajo el estilo abstracto, pero casi siempre se sugieren formas humanas o de la naturaleza dentro de lo abstracta que pueda ser la composición. Tengo una gran cantidad de obra que son abstracciones de flores y de naturaleza, otras son series de niños, otras series de mujeres y otros cuadros que son la combinación de una figura con fondo abstracto.
¿Qué podrías considerar tu más grande inspiración?
Mi más grande inspiración es la esencia del ser humano, sobre todo niños y mujeres. Temas relacionados con la inocencia, la sensualidad, la alegría, los juegos y la imaginación, las etapas de la vida, la maternidad, la nostalgia, el amor, la poesía.
Mis hijos y los niños en general han sido una fuente inagotable de inspiración para las distintas etapas de mi transitar por el arte. También otra gran inspiración es la naturaleza, las formas orgánicas, las flores, la belleza que nos ofrece el mundo natural.
¿Cuántas exposiciones has realizado y cuál fue la más significativa para ti?
He participado en alrededor de 80 exposiciones colectivas y tres individuales. No sé si pueda considerar una sola la más significativa. Cada una en su tiempo fue muy importante pero si tuviera qué elegir una, tal vez sería la exposición en la que me comisionaron de la Universidad la Salle para realizar tres cuadros de gran formato para la colección permanente del museo MIM en donde me sentí muy honrada de ser elegida pues es mi alma mater, donde estudié la carrera.
¿Cuál podrías decir que es el reto más grande al que te has enfrentado?
Combinar mi vida familiar con mi vida profesional. Aunque tenga una gran libertad para realizar mis sueños como artista, incluso siendo esposa y madre, siempre ha debido existir ese equilibrio en donde acaba siendo más importante la familia que el trabajo, aun así nunca he desistido de luchar cada vez por lograr más metas en el ámbito del arte. La ventaja de este reto es que mi estudio se encuentra en mi hogar, de modo que mis hijos y mi esposo siempre han estado presentes en cada cuadro y en cada proyecto artístico en el que me involucro. Mi vida familiar y profesional siempre se han entretejido.
De los cuadros que has realizado, ¿cuál es tu favorito y por qué?
También es difícil decidir entre 600 y tantos cuadros que he pintado, cuál es mi favorito. Tal vez podría ser de los últimos que pinté para el museo, titulado “Inocencia que se fuga”, en donde una niña de unos 8 años está dejando escapar sus sueños infantiles, que están volando hacia un castillo de fantasía. Me produce nostalgia pensar que los 12 años de antes son los 8 de ahora. Cuatro años de infancia se están perdiendo en nuestras nuevas generaciones. La niña está apenas pisando con la punta de sus pies la orilla de un piso de colores, manteniendo el equilibrio mientras jala con sus manitas las orillas de su vestidito también de vivos colores, simbolizando la etapa que está por dejar. Creo que es mi favorito porque los sueños infantiles de la niña los representé con personajes fantasiosos que yo dibujaba de niña, expresa parte de mi historia y de mi imaginación infantil, pero también de cuando fui madre y tuve el privilegio de ver crecer a mis niños y disfrutar sus ocurrencias, su inocencia, sus juegos. Creo que esta niña viene a representar cómo es difícil también como madre aceptar que ya no son niños y cada vez son más autónomos e independientes, pero una vez superado esto, es maravilloso verlos volar.
¿Dónde te gustaría exponer próximamente?
Me encantaría exponer en algún museo de arte moderno en Nueva York, como el MoMa o el Met. Yo sé que es mucho pedir, pero se vale soñar.
¿Qué es lo que más disfrutas de pintar?
Lo que más disfruto pintar es lo que me sale del alma y el corazón, donde puedo dar rienda suelta a mi creatividad y expresión, en donde tenga completa libertad de plasmar y darle vida propia a la obra. Trabajarla hasta que llega un punto en que me habla, me transmite vida. Disfruto entrar en ese mundo donde entre la mente , la imaginación y a través de la mano sale a la luz poco a poco, esa imagen interna que se va haciendo externa, va del mundo interno, para paso a paso hacerse presente en el mundo externo y a la luz de todo el que quiera mirarlo.
¿Tienes alguna obra o artista favorito?
Admiro a muchos artistas. Algunos de ellos son: Leonora Carrington, Lucía Maya, Roberto Cortazar, Santiago Carbonell, Claudio Gallina, Francisco Toledo, etc.
¿Cuál es tu percepción del arte en nuestro país?
Creo que en México hay mucho talento artístico. Venimos de una cultura rica en manifestaciones artísticas. El arte es, después del habla, la forma de expresión más reconocida como reflejo de la humanidad. Creo que como artista vivir en Mexico D.F. o en Oaxaca, o incluso en San Miguel Allende, te da más oportunidad de desarrollarte y destacar como artista, hay más galerías y ferias de arte, más apoyo al talento nacional, las comunidades de artistas son mucho más activas, hay más escuelas de arte. León es una ciudad eminentemente industrial que, aunque cada vez crezcamos más en el ámbito cultural y artístico, aún nos falta mucho camino por recorrer en el campo del arte. La función del arte en la sociedad es edificar, reconstruirnos cuando estamos en peligro de derrumbe, analizar de raíz, convocar y provocar reacciones en el público.
¿Qué consejo le podrías dar a las nuevas generaciones de pintores?
Que sigan sus sueños, que no se desalienten porque piensen que es difícil ganarse la vida como artistas, específicamente pintores, pues si esa es su pasión, algún día les redituará todo el esfuerzo que le pusieron a ser fieles a su sueño. Que nunca pierdan la capacidad de admiración que de adultos vamos perdiendo por estar inmersos en un mundo de prisas y agobio. Que sean siempre originales, su obra dirá mucho más si la sacan de su interior que si la copian del exterior o de la cabeza y corazón de otro artista. Se vale inspirarse en otros artistas pero al final cada uno tendrá que encontrar su expresión propia y camino particular, porque entre los millones de humanos que somos, no hay un sólo ser humano que sea idéntico al otro y no hay mayor satisfacción en el caminar artístico que poder expresar nuestra muy particular visión del mundo para poder aportar algo nuevo a los espectadores.
¿Cuentas con alguna frase o filosofía de vida que siempre tengas presente?
Tu vida es la mayor empresa del mundo. Sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia. Ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones. No es sólo conmemorar los éxitos, sino aprender lecciones en los fracasos. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar hacia dentro de su propio ser. Es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia.
Ser feliz es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida. Es dejar vivir a la criatura libe, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros. Jamás desistas de las personas que amas, jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible. (Fragmentos del mensaje del Papa Francisco “Ser feliz”).