SUSPENSIÓN MILLONARIA INCLINA LA BALANZA PARA LA NBA

La NBA acaba de cerrar con broche de oro su temporada 2015-2016, con un séptimo juego dentro de una serie final que no sólo era la revancha del año pasado, sino que enfrentaba al mejor equipo de temporada regular de la historia con el “Rey” Lebron James, en busca del primer título para la ciudad de Cleveland (en cualquier deporte mayor) en 52 años.

Remontémonos al 10 de junio. Golden State acaba de derrotar de visitante a los Cavaliers, colocándose 3-1 en la serie, a un partido de quedar campeón. Es decir, los Warriors necesitan ganar uno de los siguientes tres partidos, con dos de ellos en casa, para repetir la hazaña del 2015. Mientras tanto, el equipo de Lebron James debe vencer tres veces consecutivas a Golden State, quienes no hilan tres derrotas desde noviembre del 2013. ¿Imposible? Cerca de serlo. Ningún equipo en la historia de las Finales se ha podido levantar de un 3-1.

Lo que sucedió después, no en la cancha sino en las oficinas de la liga, pudo haber cambiado el rumbo de la serie. Draymond Green, pilar en la defensa Guerrera y propulsor anímico del cuadro Californiano fue suspendido para el Juego 5 por acumulación de faltas flagrantes. Este análisis no se centrará en si fue o no la decisión correcta, sino que pudo haberla motivado.

Previo a la suspensión, todo indicaba que la serie terminaría en el Oracle Center de Oakland el 13 de junio. Cleveland parecía desmoralizado y Las Vegas estaba de acuerdo, poniendo de favorito a Golden State por más de 5 puntos. Esto no era una buena noticia para la liga y la cadena televisiva que transmite los partidos, pues enfrentaba la posibilidad de recaudar menos de los $223.9 millones de dólares de la final del año pasado en la venta de publicidad.

Al llevar la serie a 7 juegos, el total recaudado estimado superó los $280 millones, con los comerciales de la industria automotriz representando más del 20% de ellos. Esto se traduce en un incremento estimado de $87 millones de dólares recaudados durante los juegos 6 y 7. Por obvias razones el séptimo juego fue un manjar, siendo éste en domingo en horario estelar. El partido promedió 30.8 millones de televidentes, siendo el número más alto desde las finales de 1998 (cuando los Toros de Chicago de Michael Jordan vencieron en 6 juegos al Jazz de Utah). Cada espacio publicitario de 30 segundos se comercializó en $655,000 dólares.

Aunque la decisión de suspender a Draymond Green es debatible, lo que está claro es que hubieron millones de razones que pudieron haber inclinado la balanza. 

 

 
Artículo por: Werner Husemann

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