¿Smartphones en la infancia? El movimiento que busca ponerle un alto

En una era en la que los dispositivos móviles se han vuelto casi una extensión del cuerpo humano, cada vez más padres de familia comienzan a cuestionarse: ¿qué efectos tiene el acceso temprano a celulares y redes sociales en nuestros hijos? Frente a esta inquietud, surge “No es momento”, un movimiento liderado por Alex Fernández y Maya Barrera que busca generar conciencia sobre los riesgos del uso desmedido de smartphones en la infancia y ofrecer una alternativa concreta: postergar su uso hasta edades más adecuadas.
Una iniciativa que nace desde casa
La idea detrás de “No es momento” no surgió en una sala de juntas, sino en el núcleo familiar. Alex y Maya, preocupadas por el entorno digital al que estaban expuestos sus hijos, decidieron no quedarse de brazos cruzados. Lo que comenzó como una conversación doméstica, se convirtió en una plataforma nacional que promueve acuerdos comunitarios entre padres, escuelas libres de celulares y una nueva narrativa: que los niños vivan su niñez sin pantallas.
Tres pilares para un cambio cultural
El movimiento se estructura en tres pilares fundamentales:
- Acuerdos entre padres: un compromiso moral para no entregar smartphones antes de los 14 años, ni permitir redes sociales antes de los 16. Esta iniciativa se apoya en una plataforma digital donde cada familia puede ver cuántos padres han firmado en su escuela o ciudad, fomentando así una comunidad informada y alineada.
- Escuelas sin celulares: se impulsa la adopción de políticas que eliminen el uso de teléfonos durante la jornada escolar. Esto ha traído beneficios visibles como más interacción en los recreos, mejor atención en clase y un mayor sentido de comunidad entre los alumnos.
- Sí es momento... de ser niños: el tercer pilar enfatiza la importancia de que los niños jueguen, se aburran, convivan y enfrenten conflictos reales —no virtuales— para desarrollar empatía, creatividad y resiliencia.
¿Por qué importa tanto?
Diversos estudios, como los de Sapiens Lab, muestran una correlación directa entre el uso temprano del smartphone y un menor bienestar emocional en la adultez. Los síntomas de ansiedad, depresión, adicción a estímulos y bajo desarrollo de habilidades sociales se incrementan drásticamente cuando el primer contacto con dispositivos se da antes de los 10 años.
El problema no es solo el dispositivo, sino lo que reemplaza: juego libre, aburrimiento productivo, resolución de conflictos cara a cara y, sobre todo, el desarrollo de habilidades blandas que serán cruciales para el futuro laboral.
Reflexión final: un llamado a la acción colectiva
“No es momento” no busca demonizar la tecnología, sino usarla con conciencia. No se trata de volver al pasado, sino de dar pasos firmes hacia un presente más saludable. Alex y Maya proponen algo simple, pero poderoso: que los padres se unan, se informen y no teman ser “los raros” que postergan el uso del celular. Porque no están solos.
La crianza digital requiere coraje, comunidad y coherencia. Y este movimiento es un recordatorio de que, como adultos, no solo debemos guiar con palabras, sino también con el ejemplo.
¿Te animas a firmar el acuerdo?