Las startups se han desarrollado a pasos agigantados, como fuentes de innovación, creando parámetros para todos los sectores económicos y abriendo brecha en nuevos mercados. Este crecimiento acelerado, aunado al ambiente político y jurídico que impera en nuestro país, obliga al orden y a una especial atención a los desafíos naturales de un negocio que inicia.
Desde la perspectiva corporativa, estructurar adecuadamente una Startup es crucial para asegurar su sostenibilidad, siendo fundamental diseñar una estructura jurídica sólida, un objeto social que permita el desarrollo constante del negocio y con reglas claras para los socios; ello, asegurará un gobierno corporativo eficiente con pilares que eviten futuros conflictos. Documentar mediante contratos los acuerdos de negocios y laborales, resulta trascendental para desarrollar relaciones estables y duraderas, que permitan la consecución de su objeto.
No debemos pasar de largo que las ideas, marcas, obras y demás innovaciones de una Startup, son activos intangibles que deben ser protegidos para delimitar su propiedad y así evitar la competencia desleal. Ya sea a través de patentes, marcas registradas o derechos de autor, contar con una estrategia integral de protección a la luz de la legislación en materia de propiedad intelectual, asegura, no solo la exclusividad en el mercado, sino que incrementa el valor de tu empresa.
El blindaje jurídico de tu negocio no es solo una herramienta de defensa, sino una manera de estructurar y proteger, de forma anticipada, el crecimiento de tus activos, por lo que es imprescindible que las Startups, busquen asesoría especializada en temas jurídicos.
Aunado a la capacidad de innovar, el éxito de las Startups radica en la forma en que estructuran su crecimiento y protegen sus creaciones. Con una base corporativa sólida y una estrategia de propiedad intelectual con propósito, pueden no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno altamente competitivo.