Durante años se ha investigado a nivel científico el tipo de hábitos que caracterizan a una persona productiva.
Llegás a la oficina cada mañana con la misma meta en mente: poder ponerte al día con tu trabajo y cumplir de una vez con todo lo que demanda tu empleo sin dejar tareas pendientes para mañana. Repasaste ya cientos de consejos para trabajadores que buscan incrementar su productividad pero, aún así, no encontrás la fórmula perfecta para lograr tu máximo nivel de eficiencia.
Cuando acuerdas, tu día pasa y llegás al final de la jornada con toda una lista de pendientes por atender. El sueño de ser productivo se quedó, precisamente, en un simple sueño.
¿Qué puedes acer para cambiar la pisada y finalmente demostrar a tus jefes todo lo que puedes lograr? Existe una técnica que deberías probar para lograrlo, el Mental Contrasting.
¿Qué es el Mental Contrasting?
Según Jesús Gómez,Director área de Recursos Humanos y del Servicio de Mentoring en Cerem International Business School, la técnica del contraste mental fue desarrollada por el psicólogo Gabriele Oettingen con el objetivo de mejorar las estrategias habitualmente empleadas para buscar el autocontrol.
Básicamente, esta técnica requiere que la persona piense o escriba los objetivos que pretende lograr de forma positiva y los visualice, imaginando cómo se sentiría al conseguirlos. Luego, se debe pensar en los obstáculos que alejan a dichos objetivos y visualizarlos contemplando cómo sería posible evitarlos.
Esta técnica que puede parecer sencilla, permite colocar en la mente ideas positivas y desmitificar las negativas para así volver los planes más reales y alcanzables. Por ello, es ideal para trabajadores que buscan mejorar su productividad.
¿Cómo ser más productivo?
Si bien el contraste mental puede ser una técnica eficiente para mejorar la productividad, no es la única acción que puede tomarse. De hecho, durante años los científicos han investigado las cualidades típicas de las personas productivas, identificando una serie de factores comunes a todas ellas.
Un ejemplo de ello es el estudio de Harvard Business Review, en el que se analizaron los datos de más de 7.000 trabajadores altamente para identificar rasgos comunes. Algunas de las recomendaciones que surgen de este estudio indican que las personas productivas:
- Trabajan en equipo.
- Saben tomar la iniciativa.
- Poseen formación en el área en que trabajan.
- Son constantes y mantienen un ritmo de trabajo.
- Saben resolver problemas.
- Buscan resultados.
Si bien algunas de estas características pueden ser innatas en los trabajadores, lo cierto es que también pueden ejercitarse para conseguir mejores resultados y así tener la productividad asegurada.
¿Quieres rendir al máximo cada día? Ahora ya sabés en qué tipo de habilidades tienes que invertir para conseguirlo.
Por Jesús Gómez
Director área de Recursos Humanos y del Servicio de Mentoring en Cerem International Business School