Las micro, pequeñas y medianas empresas: resilientes ante el COVID

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En la Ciudad de México, existen 338 centros comerciales y departamentales que integran entre sus filas a miles de PyMES que día con día buscan salir adelante atendiendo a millones de consumidores mexicanos. El día de hoy, estos consumidores, atendiendo a las recomendaciones de las autoridades de salud, se quedan en casa, mientras estas PyMES se quedan cerradas.

La crisis ha cambiado la ruta, no sabemos hasta cuando ni cuáles serán sus efectos para las tiendas físicas, pero las expectativas no son esperanzadoras. Si a esto le sumamos que solamente el 19% de las 227,985 PyMES mexicanas (sin contar a las microempresas) comercializa sus productos y servicios en línea, podemos dar cuenta de que sólo una quinta parte tiene alternativas para sobrevivir en el corto plazo.

Conectarse para sobrevivir y perdurar

Las PyMES mexicanas emplean al 31% [CL1] de la población económicamente activa (PEA). Es decir, que en el contexto actual existe un riesgo de que el 25% de esta PEA se quede sin empleo en el corto plazo, pero, ¿Qué pensaron?, ¿qué las PyMES se iban a quedar de brazos cruzados?

En México, 9 de cada 10 compradores son omnicanal, es decir, que hacen interacciones a través de canales de venta digital y físicos. El contexto actual representa una enorme oportunidad para cientos de miles de PyMES de actualizar sus modelos de negocio y llevar sus productos a más escaparates de venta, escaparates con posibilidades de llevar sus productos y servicios a otros Estados y países, expandiendo su mercado como nunca antes.

Los canales digitales son la alternativa al alcance las Mipymes para resistir a esta crisis[CL2] , pero también para sobrevivir en el largo plazo, una vez que la tormenta haya pasado. La crisis hoy, es una oportunidad para que mañana las PyMES estén listas para comercializar a clientes en cada rincón de México y el mundo.

No nos olvidemos del changarro…

¿Recuerdan cuando iban por las tortillas o por el refresco a los changarros de la cuadra?, si, esos mismos que son atendidos por millones de mexicanos que deciden autoemplearse desde sus propias casas o en locales cercanos a las mismas, esos mismos que han sufrido por la llegada de tiendas de conveniencia y supermercados.

Les cuento entonces que los changarros están más vivos que nunca y esa informalidad en la que navegan la gran mayoría, les permitirá ser el frente más seguro para que millones de mexicanos que se quedan en sus casas se hagan de insumos esenciales sin tener que recorrer grandes distancias en automóvil o a pie.

De acuerdo a un sondeo realizado en las últimas semanas por FUNDES, consultora especialista en MiPyMES y cadenas de valor en Latinoamérica, el 88% de las tiendas de abarrotes mexicanas siguen abiertas, con un 87% reportando que los proveedores siguen cumpliendo en tiempo y forma el abastecimiento de productos.

A pesar de esto, debemos de considerar que la gran mayoría de los changarros no están listos para una transición digital. Solo el 30% de las tiendas que participaron en este sondeo afirma estar en posibilidades de recibir pedidos virtuales, mientras que sólo un 12% está habilitada para recibir pagos con tarjeta.

En este contexto, muchas tiendas se verán forzadas a hacer esta transición digital para mantenerse vigentes y competitivas, todo esto sin demeritar el valor que en estas duras semanas le darán a millones de consumidores mexicanos que se quedan en casa.

Esta crisis nos va a permitir recordar la importancia del changarro en la economía nacional, no solo como nuestro proveedor de confianza, sino como el amigo que nunca se fue pero que a veces olvidamos por que el contexto nos orilla a hacerlo. En tiempos de Startups, Unicornios y Compañías “Too Big Too Fail”, no olvidemos que el changarro, los artesanos, los agricultores … son y serán siempre el origen de los primeros emprendedores en México.

Artículo por: Jorge Martínez Mora, Desarrollo y Crecimiento FUNDES.

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