LAS CARACTERÍSTICAS DEL BUEN PRONOSTICADOR

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Sería miope pensar que el fallo brutal que se cometió para estimar el resultado de las elecciones de Estados Unidos es exclusivo del tema político. La predicción de la democracia política, como la de muchas otras actividades humanas, se basa en nuestra limitada interpretación de un tema tan complejo como el entendimiento del accionar humano. Lo que demostraron las elecciones es que nuestros intentos por predecir fenómenos sociales están lejos de ser infalibles.

Nuestras apuestas financieras caen en el mismo rubro. Constantemente hacemos apuestas a negocios, a fondos de inversión, a seguros, a becas para los hijos, a hipotecas, etc., y es común que la decisión la tomemos ponderando lo que nuestra intuición nos refleja de nuestra limitada percepción de la realidad. El resultado es que nuestras apuestas financieras también tienen una probabilidad de error mayor al que quisiéramos. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestras habilidades de predicción?

Según Philip Tetlock, investigador, profesor y autor del tema, y fundador del proyecto Good Judgment las personas que son mejores prediciendo eventos se caracterizan por lo siguiente:

  • Son cautelosas para asegurar una verdad como absoluta, y cuando predicen, lo hacen de manera probabilística.
  • Son humildes, en el sentido en que aceptan la complejidad de la realidad a la que enfrentan y se reconocen limitados en su conocimiento.
  • No son determinísticos, es decir, que no creen que las cosas tengan que suceder, sino que existen causas que las generan.
  • Buscan el desarrollo de su intelecto y gastan su tiempo en actividades que los reten mentalmente.
  • Son autocríticos. Encuentran áreas de oportunidad en su manera de razonar y actuar.
  • Son de mente abierta en el sentido en que escuchan distintos argumentos antes de decidir, no en el sentido de aceptarlos todos como verdaderos.
  • Están conscientes de sus propios paradigmas.
  • Piensan que no están limitados. Reconocen que cualquiera de sus capacidades puede ser desarrollada en la medida en que dediquen tiempo a cultivarla.

 

Para desarrollar nuestras habilidades predictivas hay que estudiar fenómenos, predecirlos, registrar el resultado, y analizar porqué atinamos o fallamos al resultado. La única manera de mejorar es mediante la constante repetición de este proceso. Al final, ningún resultado de un fenómeno social será cien por ciento predecible, pero si los estudiamos, al menos tendremos mucho más certidumbre sobre las variables que lo impactan y eventualmente, las decisiones que tomamos en función del resultado esperado de éstos fenómenos tendrán mayor probabilidad de tener un resultado favorable.

Artículo por Javier Tenorio