Mucho del debate centrado en el avance tecnológico es acerca de si éste es bueno o no para los seres humanos, pero esa no es la pregunta que deberíamos responder. Más bien la pregunta debería ser: ¿Acaso el avance tecnológico nos ha convertido en mejores seres humanos?
Lo vemos todos los días: Se mantienen las brechas entre los países desarrollados y los llamados del tercer mundo. A nivel personal, hay más casos de violencia doméstica, más gente en estados de frustración o franca depresión, relaciones interpersonales tóxicas que abruman, hábitos que impactan negativamente en el bienestar y en la calidad de vida.
Aunque nos cueste aceptarlo, la felicidad no se puede automatizar ni ser proporcionada por una plataforma de inteligencia artificial.
Uno de los anhelos más comentados por las generaciones millennials es llevar una vida que tenga impacto y significado. Y uno de los retos más grandes de la tecnología es habilitar a las personas a vivir una vida de gozo, de satisfacción, al saber que lo que están haciendo hoy va a ayudar a construir un mejor mundo el día de mañana.
La tecnología seguirá avanzando, no hay duda de ello. Habría que asegurar que la ética también avance a la misma velocidad y que haya una manera de aumentar, o al menos mantener, la humanidad de la raza humana.
Iniciativas como The Chapter for Compassion que funda Karen Armstrong, enfocadas en mantener un mundo más humano, con empatía, igualdad y respeto, es un inicio. Pero todavía hay mucho por hacer.
Una de las principales características que distinguen al ser humano es su capacidad para visualizar el futuro, analizar distintos escenarios y elegir la alternativa que parece más factible para producir los resultados que se desean.
Será desafiante poner en práctica esta capacidad para darle la bienvenida a la nueva tecnología y todos sus beneficios, al mismo tiempo que se mantiene la ética en el desarrollo y aplicación de ésta y también se asegura la humanización de nuestra raza.
¿Cómo mantener a la Humanidad sobre la Tecnología?
- Relaciones interpersonales basadas en la empatía, la confianza y un trato respetuoso
- Trabajar en estados de ánimo que habiliten a la acción efectiva
- Hábitos que impacten positivamente en el cuidado del cuerpo y en la calidad de vida
- Actividad profesional apasionante, que haga la diferencia y sea rentable
Por: Eduardo Lozano Guerra. Socio Fundador de Horux Business Consulting, S.C.