CÓMO CONSOLIDAR LOS VÍNCULOS ENTRE LOS LÍDERES DEL MERCADO Y EL TALENTO EMPRENDEDOR.
En los últimos 10 años hemos visto una explosión de fondos de capital de riesgo corporativo (CVC, por sus siglas en inglés), una forma de pensar fuera de las oficinas y de acercarse a la innovación. Actualmente, CVC participa en uno de cada cuatro negocios de capital de riesgo y va más allá de los sectores de tecnología y salud.
La mayoría de las empresas multinacionales maduras reconoce la necesidad de estar al tanto de las nuevas tendencias, afirma conocer las debilidades en sus ecosistemas y se considera capaz de implementar las mejores prácticas. Aunque las verdaderas dificultades de la innovación inicial radican en la forma en la que se busca ejecutarla, así como la manera en que se supera la paradoja riesgo-recompensa.
Como observó Edward H. Bowman hace 30 años, los líderes de mercado que más tienen que perder son los que presentan menos probabilidades de cambiar. Tener liderazgo en cualquier sector, utilidades estables y una marca dominante son el mayor impedimento para realizar cambios. Paradójicamente, las organizaciones que se enfocan exclusivamente en aquello que las llevó a donde se encuentran ahora, podrían amenazar su propia supervivencia. De hecho, a menudo eso mismo hace que se vuelvan insolventes.
Las compañías que forman parte del listado Fortune 2000 tienen más inversiones que nunca en el arriesgado juego de monetizar ideas. Este tsunami de inversiones de CVC es un indicador de que éstas saben que las unidades de investigación y desarrollo internas no siempre son las mejores incubadoras de la innovación.
Las condiciones para fomentar la disrupción incluyen autonomía y libertad, alejarse de lo ortodoxo, equipos pequeños, un enfoque constante en resolver los problemas de los consumidores, un alcance de arranque flexible que fomente la experimentación, así como un estigma de cero tolerancia a las fallas y una tendencia hacia la no conformidad.
Por lo general no es muy común encontrar estas condiciones en las compañías maduras de miles de millones de dólares. La paradoja de la innovación es que para que una idea disruptiva se consolide, es decir, para que pueda convertirse en una fuerza económica como es el caso de Google o Uber, es necesario que pase de ser un invento a una realidad ejecutada. Las habilidades y los procesos que pueden obstaculizar la creatividad también son necesarios para su adopción generalizada. Lo que hoy es herejía suele convertirse en lo ortodoxo, la normalización de la innovación.
Las inversiones de CVC incitan a las compañías matrices a salirse de su zona de confort y también las ayudan a llevar una idea desde la etapa de invento hasta su implementación, así como eventual optimización y monetización. La prueba real de los inventarios de CVC es poder crear distancia o acceder a oportunidades de innovación lejanas, y llevar esos conocimientos a la empresa matriz.
A continuación presentamos algunas de las lecciones que, en nuestra experiencia, las empresas maduras pueden aprender de inversiones de capital de riesgo corporativo:
Cómo enfocarse en el consumidor
Las ruinas de los grandes corporativos son testimonio de los peligros de enfocarse exclusivamente en la competencia inmediata. La innovación, habilitada por la tecnología, elimina las barreras entre industrias; es mejor enfocarse en el comportamiento cambiante de los consumidores.
Concebirse como adversario, no como líder del mercado
El estancamiento es la amenaza más grande en la posición de líder. Al enfocarse en ganar nuevos mercados, buscar nuevas oportunidades y crear una mentalidad revolucionaría, las compañías pueden vencer las probabilidades de volverse irrelevantes antes de cumplir 50 años de existencia.
Perder el miedo al aprendizaje experimental
Es importante utilizar la relación con las compañías inversionistas para brindarle a su equipo oportunidades de aprendizaje experimental y el contacto con modelos de negocio, operación y liderazgo distintos.
El valor de una idea
Reconocer las ventajas de tener un laboratorio de ideas que esté aislado de su negocio actual, cuya función sea cuestionar, ser veloz e integrar lo externo a lo interno. Crear canales para volver a integrar esa mentalidad heterodoxa a su organización y percibir las señales transformativas. Cada compañía necesita crear una estrategia basada en su propia imagen, ya que no hay una fórmula única.
Redes
A medida que la innovación de fuentes abiertas sustituye los conocimientos propios, la del futuro dependerá más de redes de participantes con jerarquías verticales. Se requiere un modelo de negocio novedoso y procesos que puedan hacer frente al cambio.
Equilibrio
Poder equilibrar los recursos tanto en tiempo presente y futuro es un arte único, pero esencial. En caso de tener dudas, se recomienda ponerle más énfasis al largo plazo. Como nos enseñan los proverbios chinos, el mejor momento para sembrar un árbol es hace 20 años.
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Por: Carlos Rochin, Socio de Auditoría y representante de Mercados en Crecimiento, Región Norte de EY México.
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