La historia detrás del “Día de la mujer”

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En 1975, durante el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas celebraron el Día Internacional de la Mujer por primera vez.

El Día Internacional de la Mujer surgió a finales del siglo XX a raíz de los movimientos obreros acontecidos en América del Norte, en especial Estados Unidos, y Europa. Desde entonces, este día ha adquirido una dimensión global para todos los países.

Fue en 1975 cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y se instauró para poner sobre la mesa y dar visibilidad una reivindicación por la igualdad de género, una asignatura pendiente en la mayor parte del mundo.

El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical no solo en los Estados Unidos, sino en el mundo entero. Un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, dio origen al homenaje.

Unas 130 mujeres aproximadamente murieron en el edificio durante un incendio y luego de que se declararan en huelga con permanencia en el lugar de trabajo.

El motivo de su reclamo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de los hombres porque ejercían las mismas actividades, y las malas condiciones de trabajo que padecían.

En 1910 se realizó la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, en donde el tema central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por propuesta de Clara Zetkin, líder del “levantamiento de las 20.000”, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

En 1977 la Asamblea General de la ONU, proclamó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

En el 2011 se celebró el centenario del Día Internacional de la Mujer, y además, comenzó a operar la entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU mujeres).

Las mujeres son emprendedoras

La mujer emprendedora, caracterizada por un espíritu activo y positivo, que la lleva a asumir riesgos y compromisos, desafía al mercado y al sistema, se levanta y vuelve a empezar asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes.

Es esta mujer la que con valentía ha sabido enfrentar la crisis terrible que vivimos hacen tan pocos años.

Las mujeres que lideran empresas y microemprendimientos no pueden ser pensadas aisladas del contexto económico y social en el que se desenvuelven.

Los valores sociales, tales como la subvaloración del rol económico de la mujer, los estereotipos basados en el sexo, el acceso limitado de las mujeres a ciertos tipos de capacitación vocacional, las políticas y la legislación, impactan considerablemente en las condiciones de la Creación, Supervivencia y Crecimiento de los emprendimientos productivos liderados por mujeres