Convertirse en chef no fue una decisión fácil para Oscar Oliver Sánchez, actual gerente general del Instituto Culinario de México (ICUM) Campus Monterrey.
Destinado a la gastronomía
De una familia de doctores, Sánchez se convirtió en el hijo rebelde que se dio cuenta que su verdadera pasión se encontraba en la cocina.
“Al principio mis papás no estaban muy de acuerdo, pero para mí la cocina es mi burbuja feliz, siempre me sentí muy cómodo en las cocinas”, dice.
Actualmente el chef es especialista en cocina dulce, principalmente en el área de la repostería.
De igual manera cuenta con premios en escultura con chocolate: un cuarto lugar en Alemania, una medalla de plata en Luxemburgo y ahora vuelve a ser invitado a Alemania donde espera llevarse el oro.
Un ratatouille inspirado
“Me pasa como en la película de Ratatouille, me gusta conocer cada sabor de los ingredientes, por eso a la hora de crear un platillo pregunto qué fue el plato fuerte y cuáles fueron las bebidas para poder crear mi propuesta”, dice.
Para Sánchez la creatividad se presenta de diferente manera en cada persona, en su caso se encuentra en su memoria, donde guarda cada sabor que prueba y posteriormente investiga en libros posibles combinaciones de sabores.
Un maestro exigente
Algo que el chef disfruto mucho durante su tiempo como maestro fue el poder motivar e inspirar a sus alumnos a que salieran de los problemas que se les presentarán.
Aconsejó a los alumnos qué aunque la gastronomía no es una carrera fácil, aprendieran a ver las cosas con optimismo para encontrar una solución.
Lee acerca de: Conviértete en el lugar en el que todos quieran trabajar