Por Gloria Ortiz Vivó
Sin embargo, muchos tenemos la idea de que éste es un mal que nos consume, sin pensar que a veces éste puede llegar a convertirse en la dopamina necesaria para concluir cualquier cosa en la que esté concentrada nuestra energía.
Generalmente relacionamos el estrés con tensión porque afecta la productividad y sobre todo la calidad de vida.
Estrés malo
- Menos productividad.
- Menos motivación.
- Menos satisfacción personal.
- Más síntomas físicos (ansiedad, hipertensión, dolores de cabeza y musculares).
- Mala toma de decisiones.
- Más presión.
La buena noticia es que también existe el estrés bueno, que no es dañino y nos atribuye beneficios que seguramente no habíamos considerado.
Estrés bueno
- Libera hormonas paulatinamente y catecolaminas (dopamina, adrenalina y noradrenalina), permitiéndonos mayor concentración y enfoque.
- Debido al efecto que provoca, nos permite mantenernos activos y jóvenes.
- Muchas personas trabajan mejor bajo presión, seguramente por el rush que nos hace sentir el buen estrés.