El verdadero sentido de la vida lo encontramos en nuestro interior, nos habla suave, al punto que a veces no lo podemos escuchar: lo externo hace mucho más ruido y te lleva hacia otro lugar.
Hay quienes se sienten como fantasmas deambulando por la vida, como si no existieran, sin encajar en ningún lugar. Hay quienes han perdido la voluntad de vivir por no encontrar el “para qué”, por no encontrar un sentido. Otros que, por no sentirse amados y no poder compartirlo, simplemente se van dejando llevar por un río que los revuelca. Estas descripciones las he tomado de personas que asisten a mis eventos y están en este punto, y la única pregunta que les resuena es: “¿para qué?”.
Difícilmente se pueda encontrar la respuesta si no se está presente con uno mismo y si se está muy protegido, como si se viviera con una armadura y en contacto únicamente con el propio sufrimiento. Tenemos que aprender a estar bien anclados y atentos, presentes en nuestro cuerpo, para poder amarnos en todos los aspectos.
Si uno se siente distante, aislado, como si estuviera mirando la vida pasar, tiene que comenzar a familiarizarse con la conciencia, pues siempre está anclada y presente, es apasionada, siempre está dando, siempre jugando el juego de vivir, en lugar de mirarlo como un espectador insatisfecho. De modo que si quieres experimentar algo diferente, haz algo radicalmente diferente: entra en tu cuerpo y comienza a encontrar el amor dentro de ti. Encuentra el amor y seguramente si miras más allá de ese sufrimiento, encontrarás muchas formas diferentes de comenzar a experimentar y explorar esto. Entonces se transforma en un nuevo comienzo y en una gran posibilidad.
Cuando uno llega a este punto, que es como el fondo más profundo que uno puede tocar, solo tiene una opción: CAMBIAR. Cuando se siente que no se quiere vivir, es que no se quiere vivir más de la manera en la que se estaba viviendo hasta ahora. Y eso te da la oportunidad de realmente hacer una transformación profunda. Muy a menudo es como el ave fénix que emerge de las cenizas porque ya ha tenido suficiente. Yo por mi parte llegué a ese punto, y la mayoría de los seres humanos llegan a ese punto. Si la vida sigue así, sólo me está mostrando que tengo que cambiar, y nuestra naturaleza es cambiar, ya que así es como uno retorna o encuentra quien realmente es.
Obviamente si tú estás aquí leyendo esto, tienes ese deseo interno, si no fuera así estarías interesado en otros temas. No te enfoques en esa sensación de insatisfacción, tómalo como una señal de que necesitas enfocarte en el amor, en la transformación, y te vas a sorprender por lo rápido que vas a cambiar, ya que una vez que te transformas en el amor, en la dicha, en la paz, una vez que comienzas a encontrar la plenitud interior, despertarás feliz, sin motivo alguno. No hay sufrimiento que no pueda ser superado a través de la transformación, expandiendo la conciencia. Entonces, abraza este sentir, expresa este sentir, pero enfócate en la evolución.