Piggly Wiggly no parece ser el nombre de un negocio disruptivo e innovador, pero lo es. Antes de que este establecimiento abriera sus puertas en 1916, no existía el modelo de “autoservicio” en los mercados. Las personas llegaban a la tienda de comestibles con una lista que entregaban a un vendedor y éste les daba, en una bolsa, lo que habían pedido. Los anaqueles, tan conocidos por nosotros ahora, no estaban al alcance del cliente, ya que éste se quedaba frente al mostrador todo el tiempo. Está de más explicar que las filas eran larguísimas y el proceso muy lento y costoso, ya que era necesario contar con muchos empleados para satisfacer la demanda.
Clarence Saunders, el fundador de Piggly Wiggly (que a pesar de su nombre alcanzó a tener 2,600 tiendas alrededor de EE.UU. y facturar 100 millones de dólares anuales, que ahora equivaldrían a aproximadamente 1.4 mil millones), fue quien rompió con esta forma de vender tan acartonada y revolucionó la industria a nivel global. Si ahora entras a un supermercado con una cesta, caminas entre distintos pasillos para elegir los productos que más te agradan, ves los precios marcados abajo de cada uno, pasas a un área refrigerada, te encuentras con trabajadores con redes para el cabello guantes y cubrebocas y terminas comprando un último antojo antes de pagar en caja, es gracias a él.
Unos cuantos años más tarde, en 1933, apareció King Kullen. Ubicado originalmente en un almacén abandonado en Jamaica, Long Island, fue el primer negocio en utilizar el término supermercado. Su creador, Michael Cullen, propuso vender bajo un mismo techo todo lo que un comprador necesitaría para surtir su despensa (anteriormente setenía que visitar al carnicero, al panadero, al mercado, etcétera, por separado). Sus jefes, los directivos de una tienda de comestibles llamada Kroger, se negaron alegando que era una locura. Cullen, entonces, lo hizo por su cuenta, estableció así un formato que sería muy imitado en los siguientes años y abrió un negocio que resultaría muy exitoso.
A partir de entonces fueron surgiendo, alrededor del mundo, distintos supermercados con el mismo formato. Su apogeo, sin embargo, llegó en la década de los cuarentas y cincuentas. En nuestro país se construyeron en 1950 los primeros grandes mercados públicos, en los que se ofrecía todos los productos básicos que un hogar podría necesitar. Pocos años después se fundó la primera cadena de tiendas de autoservicio, SUMESA, y apareció la primera tienda de descuento, Aurrerá. Sin embargo, no sería hasta principios de los 90 cuando se expandirían y adquirirían las características que aún ahora mantienen y que reconocemos.
¿Esto qué significa para los emprendedores y dueños de pymes?
Actualmente, a 101 años de haberse abierto el primer mercado de autoservicio y a 84 de haberse nombrado al primer supermercado, este sector sigue presentando un crecimiento en ventas y, para muchos alrededor del mundo, un área de oportunidad. En nuestro país, a pesar de la inestabilidad económica internacional y el desarrollo del tipo de cambio peso-dólar, se logró un total de ventas de 1,516.5 mil millones de pesos, según datos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD). Aunado a esto, se abrieron alrededor de 1,800 tiendas, de éstas 14.1% fueron de autoservicio, 8.2% departamentales y 77.7% especializadas.
Tan sólo en Nuevo León hay, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del INEGI, 3,599 establecimientos
económicos dedicados al comercio al por menor en tiendas de autoservicio y departamentales; por otro lado, en el comercio al por menor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco hay 27,594 negocios registrados. Para un emprendedor o líder de una pyme convertirse proveedor de cualquier porcentaje de estos negocios podría representar un gran mercado de ventas y el espacio ideal para que sus productos lleguen a sus consumidores meta. Lograr venderle a una cadena, entonces, es una meta que vale la pena alcanzar.
A su favor está el interés del consumidor por adquirir productos locales, que sean de calidad y presenten ciertas características (que sean orgánicos, naturales, sin conservadores, etcétera). Este es, además, buen momento para iniciar. Importantes cadenas de retail han lanzado iniciativas para apoyar a pymes a entrar a sus anaqueles y competir con marcas internacionales. La ayuda, en algunos casos, va desde asesoría técnica y financiera hasta el posicionamiento de sus productos en espacios especiales. La Secretaría de Economía, al igual, desarrolló el Programa de Desarrollo de Proveedores como una estrategia de promoción para elevar la competitividad de micro, pequeñas y medianas empresas dentro de sector. Lo mismo ha ocurrido a nivel estatal, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedec), con el proyecto “Hecho en Nuevo León”.
Es importante estar bien informado y preparado para incursionar en este mercado, por lo que presentamos los requisitos y trámites que deben realizarse para convertirse en proveedores de algunas de las cadenas más importantes de nuestro estado: Mode, HEB y Soriana. Al igual, compartimos algunas historias de éxito de emprendedores que han logrado sus metas y posicionado sus marcas en los supermercados.