Para muchos, el hablar de uno mismo, de sus habilidades o de su negocio es egolatría, para otros, es la herramienta de difusión más redituable.
¿Hasta dónde es tolerable la auto-promoción? Una actividad que tiene opiniones divididas en las redes sociales es el compartir lo que uno hace. Desde hace tiempo nos es común ver en timelines de Facebook o Twitter publicaciones que fácilmente podríamos denominar trolls o chairos locales, pero simplemente les llamaremos revienta-globos. Si, comentarios que expresan su inconformidad, desacuerdo o molestia ante todo lo positivo que publican otros usuarios en las redes sociales. Una parte opina que es mejor guardarse esos momentos felices, logros y metas por cumplir, reservarlos para su vida privada. La otra parte de los usuarios, no deja de compartir todo lo bueno que le sucede, causando rabia e inclusive algo de discreta envidia. ¿Qué sería lo correcto para una marca, una personalidad pública, una startup o incluso un profesionista independiente/FreeLancer?
Algo que en mi corta experiencia como productor y creativo me ha funcionado de manera maravillosa es la promoción de boca en boca. Soy de esos incautos que comparten los proyectos en los que participan y eso me ha traído más trabajo, clientes y proyectos que mucha publicidad contratada en medios y pautas de Facebook. Si bien sabemos que no somos moneditas de oro, hace tiempo “imprudentemente” dejó de importarme si mis publicaciones desagradaban o no a mi competencia directa o indirecta. Dejé de tomarme a mal los comentarios indirectos de los revienta-globos y comencé a hacer publicidad con mi marca de manera recurrente pero casual.
Un problema que tienen muchas nuevas iniciativas, freelancers y talentos (locutores, actores, vloggers) es la falta de difusión de sus proyectos. Pasan de largo porque nadie habla de ellos, ni siquiera ellos mismos, ni sus creadores. Una regla básica al momento de promocionar tu producto o servicio es, sencillamente, que te guste lo que haces. Aprendí de los mejores exponentes de mi carrera que si a ti no te gusta lo que haces, a nadie le va a gustar, y si no te gusta, menos lo compartirás. Entonces, el primer paso antes de la auto-promoción es que disfrutes tu producto o habilidad ¿no lo disfrutas? Mejóralo. ¿No tienes las herramientas suficientes? Compártelo como un primer ejercicio para experimentar, probar y encontrar fortalezas en el proyecto. Ahora sí, una vez que lo compartes comienza la búsqueda por ser el Top of Mind. Esa referencia que los que están a tu alrededor tendrán de ti, si les vendes muy bien tu idea. No, no es Shark Tank, pero realiza un pitch como si lo fuera. Muchas veces no tenemos idea de hasta dónde podemos llegar con una simple publicación en una red social.
Ya muchos conocemos la hipótesis de los seis grados de separación, la oportunidad está más cerca de lo que tú crees. Comparte cada logro, nuevo proyecto (cuando esté terminado o en proceso, no antes de) y cada experiencia que puedas. El límite lo pones tú, tendrás tu público definido dentro de tu círculo social, pero lo más importante es que cada miembro de ese círculo sepa lo que haces y cómo lo haces. De esa manera, al momento de que alguien más les solicite un servicio o producto como el que tú tienes, seas tú el primero que se les venga la mente. De esa forma, habrás logrado hacer redituable a tus redes y conseguirás así, estar en boca de los demás, incluso, de tus revienta-globos favoritos.
Conoce más de Freddy Gaitán en su Facebook, Twitter o Instagram
Así mismo, también de Inspiral o Inspiral México