Electricidad, el nuevo asset class

Un portafolio de inversión diseñado para la próxima década debe contener en su composición cierto porcentaje asignado a empresas relacionadas con tecnología y software, pero sobre todo a commodities. La “nueva clase social ascendente” que existe en el mundo, específicamente en los países emergentes, y que está migrando del campo a la ciudad, supone que el ritmo de consumo aumentará su tasa de crecimiento y esto demandará productos de alta tecnología y energía.

El litio, cobalto, cobre y aluminio serán los commodities de gran consumo en la siguiente década impulsados por los cambios de tendencia en la electrónica, en la industria automotriz y en el sector aeroespacial. Por el contrario, el petróleo y el gas tendrán menos aplicaciones en la medida que se desarrollen nuevas tecnologías para resolver la restricción que existe en el almacenaje de energías renovables. El almacenamiento de la energía, sea cual fuese el origen de ésta, es la principal limitación.

Países como China, India y México, entre otros en vías de desarrollo, experimentan el efecto de la migración interna. Habitantes de zonas marginadas han emprendido su éxodo hacia las urbes y, de acuerdo al Banco Mundial, en China existirán más de 250 ciudades con al menos un millón de habitantes para el 2025. Este número traducido en bienes de consumo, que producen comodidades, es sólo una muestra de que la “clase ascendente” además de autos, consume televisores, celulares, lavadoras, aires acondicionados, entre otros muchos aparatos que cuentan con un cable eléctrico enchufable.

Para 2030 se venderán 25 millones de automóviles cada año en China, resultado de una migración mayor a 300 millones de habitantes a las ciudades. Esto representa más del 30% de los autos que se vendan en EE.UU. Tesla, con modelos de ultra lujo, apenas proyecta ventas de 60,000 autos por año. BYD es una empresa pública, que cotiza en las Bolsas de Hong Kong, NYSE y, próximamente, en la BMV. Dentro de sus principales accionistas se encuentran Bill Gates y Warren Buffet con un 25% de las acciones.

Para formar el portafolio de inversión 2030, en primer lugar, estaremos incluyendo empresas relacionadas con toda la cadena de generación de energía renovable, viento, agua de mar y sol. En segundo plano, las empresas de materiales básicos que son requeridos para almacenar energía en baterías no sólo de plomo, sino de litio, cobre y cobalto. Por último, añadiremos el componente de software y sistemas de información que permiten a los nuevos vehículos inteligentes y eléctricos alcanzar sus eficiencias y sustentabilidades.

Los sectores relacionados con el petróleo, las cadenas comerciales y los bienes raíces perderán el encanto que gozaron la década actual, por lo que no serán activos deseables para incluir en el portafolio 2030. El futuro en las inversiones ha llegado, aprovechemos la tendencia tecnológica y el crecimiento del consumo vertiginoso de la nueva clase ascendente.