¿Recuerdas la corriente artística emprendedora del siglo XIX? Si no lo habías pensado, ahora es cuando. Como líderes de opinión, en PRO Magazine difundimos con orgullo nuestro ecosistema emprendedor del cual aprendemos siempre.
Enamorados de su idea, de su proyecto y de su sueño: así se ven. Y es esa misma fuerza la que les permite tener perseverancia y resistencia al momento de innovar, de arriesgarse a hacer cosas nuevas, y de ver en los “problemas” las oportunidades para emprender.
Por lo tanto, deberían ser considerados artistas en lo que hacen: pintan su plan de negocio, dotando de color y sentido sus productos y servicios, tanto como el arte lo ha promovido a través de los años.
Desde el Impresionismo, artistas como Claude Monet, Vincent van Gogh, Camille Pissarro, Claude Debussy, Auguste Rodin y Paul Cézanne, fueron considerados emprendedores de su época, y solo a través de la historia dieron fe de su innovación.
Esta idea de pensar en el arte como base del emprendimiento a través de diferentes actividades artísticas da pie a crear una empresa de la cual obtengas ganancias. Áreas de creación son terrenos para explorar al igual que Mariana Arregui se arriesgó para crear su marca personal, Mariana Arregui Art.
En entrevista, ella nos platica de qué trata su actual negocio: “Mariana Arregui es puramente trabajo artesanal, ya que cada prenda y zapato es pintado a mano por mí. Son piezas únicas, cada par es personalizado al estilo del cliente: se les da escoger desde el parche que se va a poner hasta los colores y estilos y no se repiten diseños. Quise buscar algo original y que no fuera tan común en el mercado. Mis zapatos se distinguen por ser brillosos, coloridos, alegres, llamativos y originales”, agregó la emprendedora.
Comenzó en octubre del 2015 cuando terminó el cuadro de un tigre. Fue en ese momento que experimentó lo que era el arte y lo que ella, en particular, podía comunicar. Siguió pintando y, hasta mayo del 2016, lanzó sus redes sociales (FB: Mariana-Arregui-ART e INS: @marianarregui_art) Trascendió de lienzo a su actual colección, “Wearing art” o “Vistiendo Arte”, que consiste en llevar el concepto de arte a la ropa con varios pares de tennis, chamarras y jeans vendidos.
“Son los pequeños detalles los que me hacen buscar el darle cada vez un mejor acabado a mis zapatos”, enfatizó Mariana, pues con cada par y cada prenda, ha pulido sus diseños y calidad. Además, el manejar su propio branding le da pie a crear temáticas reflejadas en sus sesiones fotográficas, “son tan divertidas como los propios diseños”, agregó.
Como parte de sus estrategias de innovación, Mariana estudiará cursos de arte y calzado para aplicar mejores materiales y técnicas en sus prendas a futuro. Cree, también, que las relaciones que creamos con las personas especializadas en temas que desconocemos (administración, asesoría y mantenimiento del negocio) es vital para expandirse a otras regiones del mundo.
Y, si de adversidades hablamos, si tuviera ella que decir cuál fue la que detonó en Mariana Arregui Art fue la búsqueda constante por esa chispa que encendiera su vela emprendedora. “La felicidad no es algo que se alcanza: es algo que se ES y si no se ES, menos se alcanza”, bien diría entre brochas y metas.
“Cuando me di cuenta que vendía el tiempo de mi vida y el precio que pagaba era mi felicidad, no valía la pena ni económicamente ni profesionalmente hablando. Por eso, creo que una persona feliz con lo que hace es capaz de cualquier cosa”, finalizó.
El arte es una profesión muy valiosa y única, ya que es una abtracción de cómo la persona ve la vida y el mundo que lo rodea. Comparto estas palabras junto con Mariana, “Para mí es como si regalaras pedazos de experiencias, pensamientos, viajes, dibujos, pedazos de tu vida en tus obras a las personas, pues todo eso se va con ellas al haberlas plasmado en cualquier parte”.