EL PANAL: COMO EN LA COCINA DE LA ABUELA

El clima de estos días amerita comer rico (como si estuvieran en casa de la abuela) ¿Apoco no se les antoja? No me dejarán mentir, pero comer en casa de la abuela es totalmente diferente a comer en cualquiera otra parte. Los aromas, el ambiente y, sobre todo, el sabor.

Tenía tiempo de haber escuchado hablar de este famoso y a la vez “under” lugar, ya que es conocido por muchos y a la vez desconocido por otros tantos. Yo soy fanática de los lugares retro, de esos que casi nadie conoce, por lo regular son los que tienen el mejor sazón y en esta ocasión me complace compartir con ustedes mi experiencia en El Panal.

Este lugar ubicado sobre la Av. General Bernardo Reyes en el municipio de Monterrey alberga un ambiente retro: desde sus colores, su mobiliario y, podría decirse, que hasta su personal tiene un toque como fuera de época y lo hace aún más interesante.

El lugar, además de ofrecer servicio de cafetería y restaurante express, también es panadería y mini super y un plus es que es 24 horas, así que no hay excusas para no darse la vuelta y brindarle una oportunidad.

Una barra es la que dispone el lugar para degustar sus platillos (muy bien servidos y muy económicos, por cierto) así que no hay mucho espacio, pero vale la pena esperar un lugar para probar. Además, el lado bueno de estar en la barra es que puedes ver cómo preparan tu platillo y más es el antojo de quererlo ya contigo.

Es como si estuvieras prácticamente en la cocina de la abuela, como cuando estás en la mesa y ves cómo ella cocina con mucho amor los alimentos. Así es, así se siente en El Panal. En mi estancia ordené un plato de chilaquiles los cuales sólo pude comer la mitad porque eran demasiados, acompañados de frijoles refritos (caseros) aguacate, tomate y queso fundido.

En lo personal, no me gusta acompañar los chilaquiles con más tortilla, pero ahí te dan la opción de elegir si los quieres acompañar con pan, totilla de maíz o harina. Esta vez hice una excepción y decidí acompañar con tortillas de harina y, bueno, por más que trataba de hacer un espacio en mi estómago ya no pude ingerir. Pero si eres de apetito voraz, seguro hasta pedirás un café y pan dulce de postre.

Yo me prometí volver por una hamburguesa, pues leí algunos comentarios de que son las mejores y la verdad estando ahí vi como las preparaban y si que se veían antojables, ¡tendré que comprobarlo en mi próxima visita!

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