Anteriormente ya había escuchado hablar de la famosa ‘Tilica’; sin embargo, no sabía donde se encontraba ni exactamente de que trataba. Suena extraño, lo sé, pero a veces de los errores surgen las mejores casualidades y los más gratos momentos y así fue como conocí este lugar.
Un toque de folk combinado con arte mexicano. Si te gustan los lugares llamativos, coloridos y nada serios, este restaurante es para ti.
Hace un par de días volví a tener contacto con unas ‘’viejas’’ amigas de la preparatoria, después de 10 largos años decidimos reencontrarnos, no sabíamos dónde ni cuándo ni cómo, solo sabíamos que queríamos volver a vernos.
Yo propuse Plaza Lua y todas aceptaron. Estando ahí la idea era visitar otro restaurante, más entramos a Tilica por ‘’error’’. Pero ese ‘’error’’ se volvió una fascinación, pues la atmósfera, la decoración y sobre todo la comida estaban exquisitas. Decidimos quedarnos y dejar el otro lugar para luego.
Tilica se auto describe como una cantina – restaurante con una propuesta audaz, satírica y divertida sobre la forma en la que vemos la muerte llena de alegría en los corazones mexicanos y mezclando con gastronomía de los platillos mexicanos.
La alegría, el compadrazgo, el buen ambiente y opción gastronómica diferente es la base de su negocio. La muerte y gastronomía mexicana, como centro de atención, la muerte con su amplia sonrisa y mirada pícara , la gastronomía con su alma mexicana con sabores extraordinarios.
Su fin, rescatar la tradición, la gastronomía mexicana, cultura y el folklore que define a los mexicanos. Tilica se enfoca principalmente a comidas tradicionales, buen ambiente y convivencia entre amigos.
Aquí podrás encontrar diferentes espacios, el área interior donde hay sillones y mesas y el área de terraza donde por lo general se sirven sólo drinks y las mesas son más altas y pequeñas, pero decidimos romper las reglas y pedimos plato fuerte.
Los meseros fueron amables y decidieron ‘’romper’’ las reglas junto a nosotros. Para comenzar, ordenamos una piña colada; a continuación, seguimos con el plato fuerte que fue una orden de unos deliciosos tacos de arrachera, los mejores que he probado podría decir.
El plato lo acompaña un rico guacamole, cebollas y chiles toreados y queso gratinado. Para finalizar, nuestro mesero nos recomendó el mojito de fresa, el cual sabía a gloria tal cual él nos dijo.
El lugar me encantó y prometí volver, la música es variada y en un volumen moderado, se puede platicar a gusto mientras degustas de ricos platillos. La decoración, sin duda, es de las mejores que he visto, así como la indumentaria.
De los errores se aprende, y yo en Tilica aprendí que la amistad es para siempre y se disfruta más con buena música y ricos platillos.