Mariela Ponce
La salud es un derecho humano consagrado en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, reconocido posteriormente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 4to.
La Constitución Mexicana lo consagra como “el derecho a la protección de la salud” que se relaciona con el acceso a los servicios médicos, es decir, el Estado debe contar con instituciones públicas a donde puedan acudir las personas para la atención de sus enfermedades (IMSS, ISSSTE, Hospital General, Hospital del Niño y la Mujer, etcétera).
Sin embargo, el derecho a la salud va más allá de solo tener acceso a la atención médica, dado que está reconocido como un derecho social que es interdependiente con otros factores o circunstancias que, de no darse, generan problemas de salud en las personas.
Por eso, el Artículo 12 del tratado internacional ya citado, señala que toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental y que los Estados deberán adoptar medidas para:
A. Reducir la mortinatalidad (cuando el bebé nace muerto), la mortalidad infantil y el sano desarrollo de los niños.
B. El mejoramiento de la higiene en el trabajo y del medio ambiente.
C. La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, así como la lucha contra ellas.
D. La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios de salud médicos en caso de enfermedad.
Como vemos, es un concepto mucho más amplio que no debemos confundir con un derecho a estar sano porque eso ningún Estado lo puede garantizar, pues depende de factores incluso hasta hereditarios, pero lo que sí significa es que el Estado debe generar condiciones para vivir lo más saludable posible, de ahí que el derecho a la salud se relacione con otros derechos, como: medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar; alimentación nutritiva, suficiente y de calidad; acceso al agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente salubre y aceptable; vivienda digna y decorosa. Todos estos derechos ya están reconocidos en nuestra Constitución también en el Artículo 4to., pero lo importante es que sean una realidad para todos los mexicanos.