En México, sólo 47% de los adultos tienen una cuenta de banco (INEGI, 2019). La
bancarización en el país ha sido un reto constante, que en algunos momentos incluso se ha visto estancada. El porcentaje de personas con una cuenta es un claro ejemplo de cómo ha avanzado este tema, en 2015 era del 44%, lo que significa que en tres años sólo se ha logrado crecer tres puntos porcentuales. Para hacer una verdadera transformación en el sector financiero es necesario innovar.
Los servicios financieros necesitan entender mejor al público, conocer a sus clientes actuales y potenciales y descubrir cuáles son sus necesidades para poder atenderlas.
Para ello, también hay que comprender las restricciones que existen en la industria, de manera en la que se creen las soluciones adecuadas.
Innovar puede ser un tema que provoque un poco de recelo en las instituciones, sobre todo en esta industria, porque suele venir cargado de riesgo e inversión. Es aquí donde hay una gran oportunidad de explorar las capacidades que tiene la nube, ya que la elasticidad que ésta provee permite contener el riesgo y promover la innovación sin tener un impacto económico y con la seguridad y rapidez que se requiere. La capacidad de interacción en ambientes híbridos, como lo hace Google Cloud, es una ventaja adicional, ya que la nube se puede convertir en ese espacio de experimentación y descubrimiento de manera segura que posteriormente se aterrice en una arquitectura híbrida que contemple distribuir las cargas de cómputo entre servidores on premise y la nube.
La banca es digital por naturaleza. A diferencia de otras industrias, como el comercio minorista por ejemplo, su base se encuentra en transferencias, servicios y experiencias virtuales por lo que la integración de la tecnología es algo inherente a la industria.
Temas como la protección de la información, el fortalecimiento de la seguridad, la integración e interconección entre bancos y la autentificación de los usuarios, por mencionar algunos, se pueden beneficiar al integrarse a la nube y optimizar sus sistemas que de origen nacen de manera digital.
Instituciones financieras en todo el mundo ya están apostando por la nube para resolver sus retos más importantes. Entre ellas, se encuentra el caso de HSBC que se veía limitado con su infraestructura física para poder continuar creciendo e innovando, incluso lo veía como un obstáculo en el negocio. Lo que querían era aprovechar la data para crear mejores productos y servicios y con una data en constante crecimiento lo que se necesitaba era tener una capacidad de almacenaje y procesamiento escalable, que a la vez fuera completamente segura.
HSBC apostó por Google Cloud para este proyecto el año pasado y, actualmente, ya están viendo los beneficios en la capacidad de desarrollo y de prueba de programas y aplicaciones, en tener una sola fuente en el almacenaje de data, en la seguridad de acceso a ésta y en la flexibilidad y rapidez de acceso a la información al interior y con los clientes.
Estamos en un momento en el que se está formando el siguiente ecosistema del mundo financiero. Se está moviendo no sólo la participación de la sociedad, sino también la regulación y la educación, por lo que las instituciones que se coloquen a la vanguardia serán las que arranquen la conversación y creen el camino para la nueva era de la banca y los servicios financieros.