Liderados por el doctor Juan Alonso Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra (FCT), científicos de la UANL buscan reconstruir la historia geológica antigua; descubren una cadena montañosa de 440 millones de años bajo la Sierra Madre Oriental.
¿Se imaginan encontrar un vestigio montañoso de hace 440 millones de años que sea anterior a la existencia de los árboles, la mayoría de las plantas, los insectos, todos los animales vertebrados o hasta al mismo océano Atlántico?
Para hacerlo también tiene que imaginar que en ese paleozoico temprano, los continentes como los conocen aún no existen. De hecho hay un solo Supercontinente llamado Gondwana y donde el noreste de México colinda con Sudamérica (lo que hoy es Colombia).
Pero ¿cómo demostrar que hay una cadena montañosa sub andina oculta debajo de la Sierra Madre Oriental, que tiene un afloramiento muy cerca de Ciudad Victoria, Tamaulipas, y que su origen es similar a las rocas ígneas que se encuentran en Argentina?
La pieza principal de este rompecabezas es estudiar con procesos geotecnológicos radiactivos las tonalitas peregrinas, un mineral que es mucho más antiguo de lo que se pensaba. De hecho unos 100 millones de años más antiguo.
En entrevista el geólogo relató que esta investigación inició hace 12 años y el interés es buscar la reconstrucción de la historia geológica antigua. Es por ello que se internaron entre cinco cañones de la sierra tamaulipeca buscando esta cadena montañosa antigua.
Eso descubrieron un grupo de geólogos de la UANL, encabezado por el doctor Juan Alonso Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra (FCT), y por el cual ganaron el Premio a la Investigación UANL 2020.
Con el geólogo colaboraron los maestros Alejandro Alemán Gallardo, Uwe Jenchen y Fernando Velasco, de la FCT; el doctor Raúl Becchio, de la Universidad Nacional de Salta, Argentina; y el doctor Augusto Rodríguez, de la UNAM.