DEL ANONIMATO AL CAMPEONATO

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Existen muchas historias de perseverancia que a veces parecen ser cuentos de hadas, aunque algunas otras no solo se quedaron en la ficción o en la pantalla grande.

La semana pasada, el equipo de los Astros de Houston, se coronó en las Grandes Ligas por primera vez en sus 55 años de existencia. Su catcher, Evan Gattis, tiene una historia muy particular e inspiradora.

El originario de Dallas, Texas luchó arduamente contra el abuso de sustancias en su etapa como jugador universitario, fue diagnosticado con trastorno de ansiedad y depresión clínica. Por tres años tuvo que dejar de jugar beisbol colegial para acudir a rehabilitación, trabajó en un estacionamiento acomodando carros y cómo conserje de limpieza.

Posteriormente, regresó a la universidad UT-Permian Basin en el 2010 y logró ser elegido por los Bravos de Atlanta en el 2013 convirtiéndose en el receptor titular en el 2014. Fue hasta hace dos años cuando llegó al equipo tejano en pleno proceso de reconstrucción.

Otro jugador que tiene una historia con obstáculos detrás es el venezolano José Altuve, quién siempre estuvo expuesto a críticas y prejuicios por su corta estatura. Fue rechazado por diversos equipos de las Grandes Ligas incluyendo a los mismos Astros en su momento, después de unas pruebas realizadas en su país.

Houston es una ciudad que no la ha pasado nada bien estos últimos meses tras el paso del devastador huracán Harvey y estaba habida de felicidad, este campeonato les cae como anillo al dedo después de siete emocionantes y energéticos partidos.

Aquí es en dónde nos queda más claro que no hay mejor fórmula exacta para alcanzar tus objetivos más que la perseverancia y determinación para lograr lo que uno se propone. Evan Gattis y José Altuve hoy son campeones mundiales, se dice fácil, pero el proceso no fue tan sencillo como muchos pensarían.

Si tienes algún objetivo en particular, proyecto, sueño o meta no te desesperes, recuerda que todo lo que vale la pena toma tiempo, pero trabajando llega tarde que temprano. No hay nadie más que tú para creértela y para lograr lo que en todos días no puedes dejar de pensar.