Por: Arturo Ortega, fundador de TCUX.
Ser fundador de un startup hace que que tu vida normal se desenvuelva en relativa crisis, es decir, relativo nivel de incertidumbre donde la supervivencia no solo se asegura al tener cierta capacidad de ingenio, sino también capacidad de tu equipo a reorganizarse sin tener que pasar por “¿otra vez cambios?”…
¡Ten cuidado con los cambios que haces dentro de tu startup!
En mi experiencia, los cambios que no son bien asimilados, es decir, cuando las personas que son forzadas a cambiar no entienden el por qué de las decisiones, se vuelve difícil su aceptación, pues su anclaje dentro del criterio de decisión difícilmente lo asignan a las variables y condiciones que empujan al cambio, sino a la parte estática o los marcos conocidos dentro de los que suceden estos.
Es decir, ¿Por qué en el departamento de marketing (Anclaje 1) de “La Empresa SA de CV” (Anclaje 2) cambian a cada rato?
Se pierde de perspectiva que el cambio responde a que las condiciones cambiaron, a las nuevas reglas de juego, es decir, la empresa que conocías antes ya no puede ser la misma, tienes que agregar valor de forma diferente, en otras palabras, ahora tienes un “nuevo cliente”.
¿Un mundo freelance?
Bueno, ir a la misma oficina todos los días y ver a la misma gente podría hacernos pensar “Nuevo cliente, ¡Claro que no!” Sólo que ahora sucede al estar trabajando desde casa, tu marco y anclaje ahora no es de la empresa para la que trabajas, sino la empresa que paga tus servicios en esta nueva autonomía que has adquirido.
Ya no se trata de las 8 horas de trabajo, sino de tus resultados, los “cambios” de forma de trabajar son en función a los proyectos y condiciones del entorno, se eliminó lo estático, las empresas regresarán en cierta medida a ser organizaciones, a coordinarse entre las personas por el bien del resultado.
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Lo que era antes y lo que es ahora
Es interesante esta perspectiva, pues hace 20 años, tener una empresa era tener empleados y un lugar físico en que existas, yo, veía una empresa a mis 25 años como algo que pudieras vender con una razón social y una pag web (tengo 34 años).
Hoy platicando con colegas de 25 años (Shout out Diego Rdz) ven una empresa como un grupo de whatsapp, donde la empresa (o colectivo) es el nombre del chat y cada participante está dado de alta para poder facturar como personas físicas. Ya no necesariamente estamos hablando de empresas, pero definitivamente si de organizaciones.
Cuando las empresas funcionen como organizaciones puras, los colaboradores se volverán freelancers, dando una oportunidad única a los departamentos de volverse startups especializados.
De esta manera habremos asimilado el cambio, pues fue lo que originó esta manera de organizar el talento… ¿O será organizarnos como talento? Y tú, ¿Cómo has adoptado el cambio?