La NFL es la liga más rentable del mundo, y realmente no hay alguna que se le acerque. Supera a las Ligas Mayores de Béisbol por más de $3 mil millones de dólares en ingresos, su más cercano perseguidor.
Una de sus más grandes virtudes es la capacidad de asignar una alta cantidad de espacios publicitarios durante sus partidos. De hecho, como escribí hace algunos meses, realmente sólo se juega Fútbol Americano durante poco más de 10 minutos en un partido promedio.
El resto del tiempo consiste de repeticiones, los jugadores preparándose para la siguiente jugada y MUCHOS anuncios. Por ejemplo, en el Súper Tazón del 2015, hubo más de una hora de anuncios.
Por otro lado, el interés del televidente en la NFL y en el Super Bowl tiene varios años que se estancó. De hecho, los ratings de esta última edición cayeron por segundo año consecutivo, con un promedio de 111 millones de espectadores en los Estados Unidos. Esto continúa con una tendencia en los partidos de temporada regular:
Fuente: New York Times
¿Estarán relacionadas estas dos cuestiones? Lo curioso es que los anuncios se han convertido en uno de los mayores atractivos del Súper Tazón. Además, la aparición de Lady Gaga en el medio tiempo capturó 117.5 millones de fans, superando fácilmente el promedio durante el partido.
La atracción de estos televidentes interesados por el espectáculo más que por el deporte en sí permitió el crecimiento exponencial del evento del 2005 al 2011, y ahora probablemente está frenando una caída más estrepitosa.
Razones atribuibles a la caída en el interés por la NFL
- La creciente competencia por atraer el tiempo de “ocio” de los consumidores en las distintas plataformas televisivas
- Las elecciones estadounidenses y el controvertido nuevo presidente
- La publicidad negativa sobre las repercusiones físicas del deporte en sus jugadores
- Las excesivas reglas y castigos, muchas de ellas atribuibles al punto anterior
Es muy temprano para llegar a conclusiones y la realidad es que la NFL sigue siendo un fenómeno televisivo altamente exitoso. Sin embargo, es posible que sus mejores tiempos hayan quedado atrás.