Frente a problemáticas globales como la pobreza, desnutrición, deterioro medioambiental, entre otras que buscan atacarse a través de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU, las empresas deben crearse y adaptarse a un modelo integrador de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), fusionando objetivos sociales con los económicos dentro de su modelo de negocios. A largo plazo, una empresa socialmente insostenible se volverá también financieramente insostenible, por lo cual te comparto tres consejos para que sin perder la rentabilidad, podamos cumplir con nuestra hipoteca social desde nuestro negocio.
Comienza con el “¿para qué?”. Como lo establece Simon Sinek a través del Golden Circle, es crucial empezar todo con esa pregunta. Si bien el dinero es de alta importancia y es la métrica principal del éxito de las empresas, al final del día estamos generando dicha utilidad para algo más. Si logramos ver que realmente estamos buscando satisfacer una necesidad del mercado antes de generar dinero, podremos valorar el impacto que nuestros productos y servicios están teniendo para aportar con ello a algo más en el mundo. Identifica el “¿para qué?” existes como negocio y busca incluir en esa definición lo que buscas aportar al planeta.
Integra objetivos sociales a tu razón de ser. Define tu “¿cómo?”. De acuerdo a un estudio de Cone Communications, 9 de cada 10 consumidores esperan que las empresas no solamente se preocupen en generar utilidades, sino también por dirigirse hacia asuntos sociales y medioambientales. Para ello, muchas compañías implementan programas de RSC en busca de tener una mejor aceptación o “verse bien”, cuando en realidad no debe ser esa la razón. La RSC debe formar parte de la esencia y los valores de tu negocio empoderando agentes de cambio que tomen decisiones y acciones día a día con un impacto positivo a largo plazo para el mundo.
Crear un impacto sostenible. Aplícalo mediante un “¿qué?” medible. Ya sea a través de la creación de un producto que ataque directamente la problemática social, la inclusión de grupos vulnerables en tu cadena de valor, programas de filantropía u otro modelo de responsabilidad social, el impacto que vayamos a generar debe ser cuidadosamente medido y proyectado a largo plazo. Si queremos realmente causar un beneficio social a través de nuestra empresa sin perder de vista su rentabilidad, debemos buscar que este perdure y se implemente en todos los niveles de la organización sin perder de vista el “¿para qué?”, donde la utilidad no sea medida solamente por el dinero, sino por el beneficio que estés aportando a otros seres humanos y al medio ambiente.
POR ADRIÁN ÁLVAREZ