LA ESENCIA DE LA TRANSFORMACIÓN

El papel de las universidades como responsables y creadoras del conocimiento debe transformarse. La democratización del conocimiento y el aumento de la disponibilidad de información en línea, así como la expansión masiva del acceso a la educación universitaria, tanto para mercados desarrollados como en vías de desarrollo, significa un cambio fundamental en la capacidad de respuesta y en una mejor comprensión de su función social.

La competencia para los estudiantes mexicanos y extranjeros ha alcanzado una nueva dimensión. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), aunque una licenciatura reduce a un 51% el riesgo de trabajar en el sector informal, hay egresados que se enfrentan a una realidad aún más compleja, la falta de oportunidades laborales.

La capacidad de las universidades para responder a las necesidades sociales y del mercado obligará a que en los próximos años veamos la creación de relaciones más profundas con la industria para diferenciar los programas de enseñanza y aprendizaje, apoyar el financiamiento, la aplicación de la investigación y reforzar el papel de las universidades como impulsores de la innovación y el crecimiento.

Instituciones resilientes

Las universidades tendrán que responder a esta nueva realidad. Mientras que las instituciones públicas se desarrollan, buscarán mantener la libertad de investigación y el rigor académico de los que depende su reputación a largo plazo; las privadas explotarán nichos de mercado rentables, por ejemplo, especializándose en partes selectas de la cadena de valor de diversas industrias. Todo esto con el fin de mantener una posición competitiva, nacional e internacionalmente, en diversos programas. Independientemente del modelo que elijan, las universidades enfrentarán los siguientes desafíos:

Calidad y excelencia académica

Independientemente de su objetivo (local, regional o internacional) y la presión sobre las finanzas institucionales, las universidades deberán encontrar formas de mantener la excelencia académica y ofrecer una enseñanza e investigación de calidad.

Talento académico y estructura de la fuerza de trabajo

La fuerza laboral académica envejece. Las universidades tendrán que atraer nuevos talentos para reemplazarla y, al mismo tiempo, construir una nueva estructura capaz de respaldar los nuevos modelos de negocios y de ofrecer mayor productividad y respuesta a modelos educativos no tradicionales, principalmente en plataformas tecnológicas.

La digitalización del conocimiento

Las tecnologías digitales han transformado los medios, el comercio minorista, el entretenimiento y muchas otras industrias; la educación superior es la siguiente. Los campus permanecerán, pero las tecnologías digitales transformarán la manera en que se transmite, adquiere y se accede al conocimiento y la forma en que los proveedores de educación, tanto públicos como privados, crean valor para los mercados o la sociedad.

Gestión del cambio y velocidad de colaboración entre profesionistas

Las universidades tradicionalmente han sido resistentes al cambio y a explorar nuevos modelos de negocios. Los consejos universitarios deberán encontrar formas de mantenerse fieles a la misión, mantener la integridad académica y la independencia, al mismo tiempo que cambian su visión sobre sus negocios y modelos operativos.

Un componente crítico de este cambio será la necesidad de acelerar la colaboración. A medida que el mercado se vuelva cada vez más competitivo a nivel nacional e internacional, las universidades se convertirán en catalizadores de nuevos programas de enseñanza e investigación. Serán responsables de crear experiencias innovadoras para los estudiantes que les permitan adaptarse a la transición de una vida profesional.

Relación con el gobierno

Las universidades también necesitarán encontrar maneras de ser cada vez más influyentes. Es muy probable que los modelos económicos disminuyan la partida de ingresos que reciben las instituciones públicas. Así las universidades deberán ir más allá de la relación con el gobierno y buscar ser una instancia de participación en iniciativas conjuntas que creen la base para una economía del conocimiento competitiva a nivel mundial.

La educación superior es crítica para el futuro de México y el mundo. Estas instituciones son la clave para la formación de líderes y emprendedores, la creación de nuevas ideas y conocimiento, además de ser la oportunidad para que los estudiantes mejoren sus niveles de vida y el de generaciones futuras. Pero, para tener éxito, las universidades necesitarán forjar una nueva misión en las próximas décadas.

Frente a este dinámico panorama, las instituciones educativas de todos los niveles deberían evaluar críticamente la viabilidad de su visión y desarrollar un plan de transición. Las deliberaciones sobre el futuro necesitan enfocarse en el papel ideal de la educación en las cadenas productivas y de investigación y alinear estas nuevas direcciones al núcleo de su institución, propósito y valores.

“LAS UNIVERSIDADES TRADICIONALMENTE HAN SIDO RESISTENTES AL CAMBIO Y A EXPLORAR NUEVOS MODELOS DE NEGOCIOS. LOS CONSEJOS UNIVERSITARIOS DEBERÁN ENCONTRAR FORMAS DE MANTENERSE FIELES A LA MISIÓN”

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