Javier Navarro: las lecciones de una vida dedicada a Nuevo León
A lo largo de más de cuatro décadas de trayectoria, Javier Luis Navarro Velasco ha consolidado una carrera marcada por la disciplina, el servicio y la búsqueda constante de aportar valor a su comunidad. Desde sus inicios como joven emprendedor vendiendo piñatas y hot dogs, hasta su actual labor como Coordinador del Gabinete de Buen Gobierno en Nuevo León, su historia revela una combinación de vocación, temple y visión pública.
De vendedor ambulante a referente del derecho empresarial
Navarro recuerda que comenzó a trabajar desde los 13 años. Tener un carrito para vender piñatas y después hot dogs no solo era una necesidad, sino una escuela de vida temprana. La muerte repentina de su padre marcó un parteaguas que lo obligó a madurar rápido y comprender la importancia de hacerse responsable de su destino.
“Te das cuenta que no todo lo tienes seguro; en cualquier momento cambia el destino y tienes que ponerte las pilas”, comparte.
Su camino en el derecho empezó mientras trabajaba en juzgados y despachos. A los 21 años ya encabezaba el área jurídica de la Universidad Regiomontana. Más adelante fundó su propio bufete, que con el tiempo se fusionaría con la firma internacional Baker McKenzie, donde permaneció casi 30 años.
La decisión de sumarse al gobierno: una vocación de servicio
Tras jubilarse de la vida corporativa y planear una etapa más tranquila entre Monterrey y Cancún, recibió una llamada inesperada del entonces gobernador electo Samuel García. Lo invitó primero a colaborar en la transición, y después a convertirse en Secretario General de Gobierno.
“Siempre hay la cosquillita de servir de manera más amplia… Era hoy o nunca. Quiero aportar a mi estado y a mi comunidad”, recuerda.
Durante su gestión, destaca la estabilización de la crisis del agua, los avances en seguridad y el fortalecimiento de la coordinación entre gobierno y sociedad civil.
Seguridad, movilidad y gobernanza: los grandes retos del estado
Para Navarro, la seguridad sigue siendo la base del desarrollo económico y social.
“Sin seguridad no hay inversión, no hay parques, no hay turismo, no hay futuro”, afirma.
En cuanto a infraestructura y movilidad, señala que el crecimiento del transporte público —con casi 4,000 autobuses modernos y proyectos como el monorriel y nuevas líneas de metro— es esencial para que Monterrey avance hacia un modelo urbano sostenible.
El Mundial 2026 será otro catalizador para mostrar al mundo la cultura, hospitalidad y potencial del estado.

El valor de servir y la importancia de la ciudadanía activa
Navarro insiste en que los avances de Nuevo León solo serán posibles si gobierno y sociedad trabajan juntos.
“El gobierno no es mío, es de la gente. Tenemos que ser transparentes, abiertos y responsables”, asegura.
A los empresarios les envía un mensaje claro: involucrarse, aportar y dejar de lado la crítica pasiva.
“Hay que remangarse las mangas y venirse un rato de este lado. Es momento de regresar un poco de lo mucho que hemos recibido”.
Una vida impulsada por la fe, la familia y la honestidad
A nivel personal, Javier Navarro destaca que su motor es su familia y la gente de Nuevo León. La fe también ocupa un lugar fundamental en su manera de enfrentar la crítica y la presión política.
“Servir es dar parte de ti en beneficio de los demás”, resume.
Hoy, su liderazgo se define por la lealtad, la disciplina y la convicción de dejar un legado para las futuras generaciones.
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