Imagen política

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Craso error es pensar que el hecho de vestir a un candidato con traje o vestido formal, su imagen ante sus votantes está asegurada. La imagen de un político va más allá de usar colores partidistas o guayaberas, incluye múltiples aspectos que el votante percibe y que le hacen SENTIR y PENSAR respecto del candidato.

¿El político está joven o viejo?, ¿tiene arrugas?, ¿está pasado de peso u obeso?, ¿demacrado, muestra ojeras, cansancio o hastío?, ¿tiene los dientes alineados y blancos?, ¿nos mira mientras hace sus propuestas o evade al electorado?

¿Qué mensajes envía un candidato con todo esto? Si es joven, seguro sabrá de tecnología y tendrá energía, pero si es obeso, es posible que no cuide de sí mismo, entonces, ¿podrá cuidar de los demás?

Es viejo, puede que sea sabio y tenga experiencia, pero sus arrugas enfatizan una vida de enojo y frustración, ¿será confiable? Muy sonriente nos dice que nos va a arreglar la vida y… ¿no ha podido arreglarse los dientes?

Da la cara y mira con ojos vivaces en sus fotografías, ¿o dice que mejorará nuestra existencia mientras nos da la espalda?

En política la imagen es holística, intervienen factores que no son tangibles pero que se traducen en la forma en que es percibido el candidato.  

La inteligencia puede mostrarse cuando al hablar se usan frases coherentes, el lenguaje es fluido y se usan palabras específicas, pero unos lentes pueden dar la impresión de ser inteligente.

La honestidad requiere ser congruente y aceptar sus errores, pero es posible tangibilizarlo cuando al hablar, se muestran las palmas de las manos.

El vestuario también es importante, pues debe mostrar poder y liderazgo. Es muy correcto en los varones el uso de trajes de corte clásico en colores neutros, con camisa blanca y corbata, y en las damas vestidos ejecutivos y calzado cerrado de tacón bajo; prendas que la mayoría de las personas perciben como correctas en sus representantes. La vestimenta de un político debe corresponder con el lugar que visite y utilizar los accesorios de seguridad en sus visitas a fábricas o industrias, pues se espera que se adapte a todo tipo de situaciones.

Cuando la vestimenta guarda cierta estructura y forma, cualquier cambio en la misma puede utilizarse en beneficio del político.

En conclusión, la imagen física de un candidato debe proyectar control de sí mismo, disciplina y sobriedad a través de su vestuario, de su comunicación verbal y de su lenguaje corporal.

 

El presidente George Washington utilizaba una dentadura de madera con dientes humanos y de animales para sus presentaciones públicas.

 

Viktor Yushchenko, un atractivo político ucraniano quedó desfigurado después de haber sido envenenado por sus contrincantes políticos en 2004, y ganó la presidencia al mostrar honestamente el resultado de su imagen.

 

El presidente Obama solía presentarse de traje oscuro, y cuando en conferencia de prensa abordó el tema de la crisis en Ucrania y Siria, vistió de traje beige… el resultado fue que todos hablaron del traje y nadie de la crisis económica. 

 

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