El gran entusiasmo generado por las criptomonedas, especialmente el bitcoin, es tema de conversación en cualquier reunión social o de trabajo. Aunque por naturaleza humana somos escépticos a comprar dichas monedas electrónicas, muchos inversionistas, bancos centrales, emprendedores y académicos, tienen opiniones distintas acerca de la nueva tendencia en el mundo: la constante digitalización y la desconocida cadena de bloques o blockchain.
Es difícil aceptar que algo tan misterioso e incomprendido como las criptomonedas sean “unas cosas” que se pueden comprar y que hayan atraído tan sólo en el mes de diciembre 300 mil millones de dólares al mercado digital. Hoy, el valor de bitcoin es similar al de Walmart Corp o al de Bank of America y pronto podría ser mayor al de Exxon. Para comprobarlo, basta con analizar la gráfica.
Mientras existe la expectativa de que la criptoburbuja reventará, el mercado digital crece a tasas superiores a cualquier otra industria, lo que representa una transformación en la forma de hacer negocios. Ante este confuso entorno, los emprendedores tecnológicos advierten la oportunidad del siglo, no sólo al comprar las criptomonedas y su violenta volatilidad, sino en el valor de la revolucionaria tecnología detrás de esto, el blockchain.
Desde el inicio de la digitalización en los años ochenta, el blockchain ha experimentado integraciones en el Internet, en la seguridad de redes y en el control de privacidad y procesos transnacionales. El desarrollo de la tecnología cripto crece a través del consumo o del uso del Internet, cuyo uso alimenta bases de datos con infinitas aplicaciones. Como cualquier nueva tecnología en el mercado, la resistencia al cambio y el escepticismo son parte de nuestras reacciones antes de entender y adoptar su uso corriente.
El incierto futuro para aquellas organizaciones que reaccionen tarde al cambio disruptivo que el blockchain supone, podría parecerse a aquél provocado por el internet o el uso de los teléfonos celulares en los negocios. El objetivo de largo plazo de ésta y cualquier tecnología, en todo caso, es mejorar la velocidad, costo y seguridad de las transacciones.
Considere inversiones en blockchain a través de múltiples vehículos disponibles en el mercado. El 2018 arranca con la oportunidad de incorporarse en la etapa temprana de miles de proyectos tecnológicos en marcha. Para conocer más acerca de estas tendencias, platiquemos. Cuestione. Analice. Invierta.