Hace tiempo, pensar en acudir a un restaurante en nuestra ciudad se podría decir que no era una decisión complicada, aún si se trataba de una comida o cena de negocios, o incluso el festejo de un familiar querido. Las opciones no eran muchas, y los restaurantes emblemáticos lucían abarrotados a toda hora.
Con las comidas características que cada lugar ofrecía, la gente acudía a estos lugares para cerrar un gran trato o disfrutar de una gran velada. Con el paso del tiempo, llegaron a la ciudad nuevas ideas, revolucionando la cocina tradicional con nuevos sabores y los platillos locales se transformaron. Así, los restaurantes se volcaron en una nueva tendencia y en una opción innovadora que empezó a cambiar el gusto de la gente al momento de decidir a qué lugar acudir.
Pero el peor de los problemas fue el boom de plazas comerciales, así como de los desarrollos de usos mixtos, que día a día crecen por toda el área metropolitana, generando numerosos metros cuadrados de renta para este rubro. De ahí que prestigiadas cadenas de otras ciudades vengan a probar suerte.
EL BOOM RESTAURANTERO
Las plazas comerciales han provocado un aumento en los restaurantes, pero no así en las inversiones. Por si fuera poco, los bajos intereses que estipulan los bancos provocan que empresarios, anteriormente clientes potenciales de los restaurantes de antaño, ahora se vuelvan sus competidores, ya que su dinero lo han invertido en crear grandes y costosas opciones, muy a la altura de un restaurante en Las Vegas o Nueva York.
Dentro de las opciones de inversión inmobiliaria, destacaron por mucho tiempo los locales destinados a estos giros, con grandes espacios interiores y con amplias terrazas (que, hoy en día, es la moda entre los regios) para convivir con amigos, o bien, tener una comida de negocios.
Si estás interesado en invertir en este tipo de locales, lo puedes hacer de 2 formas. Ya sea de manera personal y buscar un buen postor para su renta, o bien, participar en los fideicomisos que engloban toda el área comercial y recibir un rendimiento que esté amarrado a la fórmula de un fijo y un porcentaje de las ventas.
Este tipo de inversión está perdiendo interés entre los inversionistas, por el alto riesgo que implica el crecimiento desmedido de desarrollos. Pero, lo más importante, es que el volumen de los comensales no crece al mismo ritmo que crecen los desarrollos inmobiliarios: la gente va cada fin de semana al restaurante nuevo que acaba de abrir,
dejando atrás los ya visitados.
En una misma plaza, puedes ver cómo se pelean a los clientes y esto hace que sólo unos cuantos restaurantes lleguen a ser exitosos. Definitivamente, el buen servicio y vender alimentos de la más alta calidad son de las principales características que deben tener.
La próxima vez que estés interesado en invertir en un local comercial, primero deberás analizar a qué giro estará destinado y, en caso de que sea el giro restaurantero, será muy importante que tomes en cuenta la zona, verificando que realmente exista el mercado al que está destinado. Analiza la competencia que tendría, tanto en la misma plaza, como en desarrollos cercanos; los giros permitidos por la plaza y si los respetan evitando la competencia directa.
No estoy en contra de la inversión en este tipo local comercial, pero lo que hace tiempo era oro molido, hoy en día, se ha vuelto una opción que se debe analizar.
POR GERARDO GALVÁN. Legant Real State.