Cuando los líderes planean el año… pero se les olvida la parte emocional
En plena temporada de cierres fiscales, planeación estratégica y objetivos 2026, Gustavo Robles empresario y Chief Commercial Officer de GAPE Business Group, plantea una advertencia silenciosa: ningún plan anual será sostenible si el líder que lo diseña llega emocionalmente desgastado. El verdadero cierre del año no ocurre en Excel, sino en la vida personal del líder.
Para miles de empresarios, directores y mandos ejecutivos en México, diciembre es el mes en el que todo se acelera. Es la recta final del año, donde se revisan metas, cierran negociaciones, se proyectan presupuestos y se define el rumbo que tomará la organización el siguiente ciclo. Sin embargo, existe un fenómeno poco atendido dentro del liderazgo corporativo: mientras las empresas cierran con fuerza, muchos líderes llegan emocionalmente agotados, desconectados de sus familias y sin claridad personal para iniciar un nuevo ciclo.
Diversos estudios internacionales como el Workplace Burnout Index 2025 señalan que más del 68% de los ejecutivos en Latinoamérica reportan niveles altos de desgaste emocional en diciembre, justo cuando están tomando decisiones estratégicas críticas para sus compañías. Paradójicamente, la cultura empresarial mexicana sigue premiando el rendimiento, incluso cuando el líder llega al final del año sin energía para sostener la operación que él mismo planifica.
Para Gustavo Robles, empresario, Chief Commercial Officer de GAPE Business Group y uno de los pocos líderes en México que impulsa el concepto de liderazgo con raíz personal, esta situación representa un riesgo que las organizaciones no están midiendo:
“Dirigir equipos y planear un año completo exige claridad, estabilidad y presencia. Pero muchos líderes llegan a diciembre rotos emocionalmente. Y un líder agotado toma decisiones que repercuten en toda la empresa.”
El riesgo invisible en los cierres empresariales
La desconexión emocional del líder no solo afecta su bienestar personal; también impacta directamente en la cultura organizacional. Según datos del Leadership Performance Institute, el 52% de los problemas de rotación y clima laboral se originan en líderes sin equilibrio personal, más allá de la falta de habilidades técnicas o estratégicas.
Gustavo explica que, aunque las empresas dedican horas completas a la planeación operativa, muy pocos directores hacen un “cierre personal” de su año:
– ¿Cómo llego emocionalmente a diciembre?
– ¿Qué aspectos de mi vida estoy descuidando?
– ¿Cómo influye eso en mi liderazgo?
– ¿Estoy realmente presente para mi familia mientras planeo para la empresa?
“Las personas no se desconectan de su jefe en enero, se desconectan de él desde agosto… pero diciembre es cuando más se nota”, afirma.
La clave para un 2026 exitoso no está solo en el plan anual
Robles, quien además encabeza en México iniciativas de liderazgo masculino y conexión padre-hijo entre ellas The Odyssey Program México, el primer bootcamp vivencial del país enfocado en fortalecer la relación entre padres e hijos varones explica que la profundidad de un líder no se construye en juntas, sino en la vida personal.
Aunque su trabajo empresarial es sólido y estratégico, su mensaje para diciembre es claro:
“Un líder que no está bien en casa no puede estar bien en la empresa. El liderazgo profesional es solo una extensión del liderazgo personal.”
Para Gustavo, antes de fijar objetivos, es indispensable que los directores replanteen tres puntos clave:
- Cuidar su propia salud emocional antes de exigir rendimiento.
- Reconectar con los vínculos personales que sostienen su estabilidad.
- Cerrar el año desde la introspección, no solo desde las métricas.
Por qué diciembre determina el liderazgo del año siguiente
Durante esta temporada, muchos empresarios se enfocan únicamente en cumplir metas, compensar ausencias y “cerrar fuerte”. Pero la evidencia señala que el verdadero impacto no está en la productividad, sino en la capacidad del líder para entrar al nuevo año con energía física, mental y emocional.
Gustavo lo resume así:
“Los resultados, los bonos y los logros se van. Pero la claridad, el propósito y la estabilidad emocional del líder se quedan… y determinan todo lo que construirá el próximo año.”
Una invitación para los líderes mexicanos
Mientras la mayoría de los ejecutivos se prepara para enfrentar el 2026 con nuevas estrategias, presupuestos y metas, Gustavo propone una pregunta distinta:
¿Con qué versión de ti mismo quieres entrar al siguiente año?
Porque, aunque pocas veces se menciona, lo que no se trabaja en la vida personal siempre termina reflejándose en la oficina.