Ante un panorama incierto y cambiante, el reto de las instituciones educativas es adaptarse a las necesidades del mercado laboral, tanto en nuestro país como en el mundo. Es importante, por lo tanto, que los alumnos desarrollen una serie de competencias que no sólo les permita tener éxito dentro de la Industria 4.0, sino que los motive a convertirse agentes de cambio. “La educación del futuro va a estar basada en lo que los jóvenes puedan hacer para mejorar su persona, el medio ambiente y su comunidad. Esto se puede generar en el alumno a través del trabajo y de un propósito de vida enfocado en el bienestar personal y social”, explicó Nohemi Astorga, directora de la Zona Metropolitana de Monterrey de la Universidad Tecmilenio.
Es por esta razón que en 2013 Tecmilenio lanzó un Modelo de Universidad, apoyado por el Instituto de Ciencias de la Felicidad, que prioriza el bienestar en los alumnos a través de la psicología positiva. “La universidad busca enfocarse principalmente en esta cuestión. Lo queremos hacer mediante alianzas con empresas y con la producción campañas que promuevan el bienestar y calidad de vida de las comunidades. Todo esto a la vez que utilizamos de manera correcta la tecnología, que es tan importante para la educación del Siglo XXI”, comentó Astorga. Este esfuerzo coincide con los programas y propuestas de países como Bután, Vanuatu, Japón, Corea y Singapur, que ponen la felicidad y el manejo del estrés como parte importante de sus programas educativos.
Es evidente, entonces, un cambio de perspectiva dentro de las entidades educativas alrededor del mundo. “De lo que más se habla a nivel mundial es de generar líderes positivos. Para nosotros lo más importante es enfocar a los jóvenes a mejorar su comportamiento, a ser la mejor versión de ellos mismos a través de interacciones positivas con los demás. Si tenemos algo muy claro es que las habilidades técnicas se adquieren en cualquier universidad, con la práctica. Lo más importante para los jóvenes hoy en día, y para que puedan ser líderes positivos en un futuro, son el manejo de las emociones, la comunicación efectiva, la negociación y la interacción con la tecnología para el bien de los demás”, platicó la directora.
La transformación que hoy en día se vive en el ámbito educativo ha permitido que las instituciones propongan nuevas estructuras, un ejemplo resaltable es la educación personalizada o flexible. “La Universidad Tecmilenio, fiel a su compromiso de crear perfiles de egreso únicos, le da la oportunidad a sus alumnos de elegir el 40% de su plan de estudios a través de lo que conocemos como Certificados de Especialidad. Eso quiere decir que si un joven tiene el deseo de estudiar una carrera como tal, pero también quisiera adquirir otros conocimientos, lo puede hacer dentro de su programa. Para nosotros es importante que sepan qué es lo que quieren hacer de sus vidas, cuáles son sus propósitos y qué competencias necesitan para desarrollar eso”, recalcó Astorga.
De manera paralela, ha surgido la educación híbrida. Ésta se caracteriza por la convergencia de métodos de enseñanza presenciales y online. Tecmilenio, al tanto de estas innovaciones, ofrece programas que unen estas dos estructuras con el propósito de mejorar la experiencia del estudiante. “Lo que vemos es que la tecnología se suma para facilitar la vida de las personas y eso también se traduce en la educación”, finalizó Nohemi.