Gerardo Torrado: Del rechazo a capitán de la Selección Mexicana en un Mundial

Gerardo Torrado: Del rechazo a capitán de la Selección Mexicana en un Mundial
Gerardo Torrado, Exfutbolista Profesional y actual VP deportivo de Tigres

La historia de Gerardo Torrado, exfutbolista profesional y capitán de la Selección Mexicana, es un testimonio profundo de liderazgo auténtico, resiliencia y compromiso. Su paso por equipos como Pumas, Cruz Azul y su destacada participación en Europa y tres Copas del Mundo no solo lo consolidaron como un gran jugador, sino como un referente de cómo liderar desde el ejemplo. En una reciente entrevista, Torrado compartió detalles clave de su trayectoria, marcada por obstáculos tempranos, decisiones difíciles y una visión clara de lo que significa liderar.

Resiliencia y carácter: la forja de un líder

La carrera de Torrado no comenzó con aplausos, sino con rechazo. A los 14 años fue descartado por el Club América, una experiencia que pudo haber desalentado a cualquiera. Pero ese golpe fue una chispa. “Me dijeron que no servía, y eso me formó. Aprendí que los obstáculos son oportunidades para generar carácter y personalidad”, recuerda.

Pese a su juventud, tomó decisiones adultas: abandonar la comodidad de su entorno, despedirse de amigos y asumir con madurez que su pasión por el fútbol requería sacrificios reales. Su determinación se consolidó a los 16 años, cuando decidió dedicarse de lleno al fútbol, sin dejar de lado los estudios por una promesa a su padre. Así, desarrolló hábitos de disciplina que lo acompañaron toda su carrera.

Después del rechazo, encontró una nueva oportunidad en Pumas, donde no solo debutó, sino que comenzó a construir su identidad como jugador y como líder. Más tarde, vendría su arriesgado salto a Europa, donde entrenó incluso gratis y enfrentó el pacto de caballeros que casi trunca su sueño. Pese a ello, jugó en equipos como Tenerife, Sevilla y Racing de Santander, demostrando que la perseverancia tiene recompensa.

Liderar con el ejemplo: dentro y fuera del campo

Torrado no gritaba para imponer respeto. Lideraba con su actitud, esfuerzo y ejemplo. Para él, el liderazgo se basa en la autenticidad, en ser uno mismo para poder aportar al grupo. “El capitán no es el que lleva el gafete, sino el que está dispuesto a ayudar al equipo a ser mejor”, explicó.

Su liderazgo se ejercía tanto en el vestidor como en la gestión de conflictos. En el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando se intentó retirar boletos a los jugadores, fue él quien negoció con la directiva para evitar tensiones en el grupo. En la cancha, sabía dialogar con los árbitros sin confrontarlos, buscando soluciones, no enfrentamientos.

Además, destacó su papel como puente generacional en la Selección: supo integrar a jóvenes como Giovani dos Santos y Chicharito Hernández en un equipo lleno de figuras experimentadas como Cuauhtémoc Blanco y Rafa Márquez. Su estrategia: predicar con el ejemplo, entrenar con intensidad, fomentar un ambiente de confianza y respeto, y reír cuando era necesario.

Para Torrado, cada integrante del equipo tiene una responsabilidad de liderazgo. Desde el portero que alivia la presión con una broma hasta el defensa que anima tras una falla, todos son parte del mismo engranaje emocional y competitivo.

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