Factoraje, una opción para afrontar la crisis del COVID-19

El reto que la pandemia generada por el Covid-19 ha impuesto en términos económicos y financieros es grande: el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) estima que esta crisis mundial, la peor desde 2009, resultará en una contracción de la economía mexicana de 5.8%.

En este contexto, procurar finanzas sanas, cuidar la solvencia y contar oportunamente con recursos para transitar la crisis es trascendental para cualquier tipo de empresa.

De hecho, las recientes observaciones del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ponen especial acento en la liquidez y el acceso a capital de trabajo para mitigar los riesgos.

A su vez, la Asociación de Emprendedores de México (Asem) recalca que la importancia de que estos mecanismos se pongan en marcha lo más pronto posible.

Sin embargo, una cultura financiera sólida y el acceso a capital han sido dos de los más grandes retos para las empresas mexicanas.

Por lo que la oportunidad que presenta el Coronavirus para el sector empresarial de nuestro país es adoptar mejores prácticas de finanzas y reforzar la oferta de financiamiento.

El foco principal para las empresas de cualquier giro y tamaño está en procurar finanzas sanas, una medida para ser más sostenible y resiliente ante la crisis.

Para lograrlo, una de las primeras acciones que los líderes de los negocios deben tomar es vigilar de cerca ciertos indicadores financieros alrededor de:

  • sus ganancias (sus totales de ventas, incluyendo el margen bruto y margen neto),
  • su liquidez (su índice de solvencia y el ciclo de conversión de efectivo),
  • Y, por supuesto, su deuda (razón de deuda sobre capital).

Por otro lado, la nueva realidad económica hará énfasis en la necesidad de convertirse en empresas más dinámicas que tengan la capacidad de adaptar sus productos, digitalizarse (a través, por ejemplo, de ventas en línea), así como de añadir un valor agregado e, incluso, ofrecer términos de créditos más atractivos para los compradores.

Respecto a este último punto, quizás una de las preocupaciones inmediatas es garantizar la liquidez necesaria para, además de obtener ganancias, cumplir con compromisos en el corto y mediano plazo, como el pago a empleados y proveedores, así como el resto de tus operaciones y deudas.

Precisamente, entre a las recomendaciones del CCE uno de los métodos para garantizar dicha liquidez es el factoraje. En particular este esquema de financiamiento cuenta con la ventaja de inyectar capital de trabajo sin adquirir deuda, por lo que en el entorno de la crisis se vuelve aún más relevante.

En Drip Capital nos hemos especializado en apoyar a exportadores a convertir sus cuentas por cobrar en efectivo a través de factoraje y, recientemente, lanzamos una nueva alternativa para que empresas nacionales también pueda aprovecharlo al hacer nuestro producto doméstico.

Tal como destacan diversos expertos y el CCE, en estos momentos de incertidumbre, es cuando las estrategias financieras de las organizaciones deben hacerse más sólidas y, mientras que tradicionalmente ha sido uno de los principales de dolores de cabeza para las Pymes, una de las ventajas que deben aprovechar es que hoy la tecnología hace más accesible el financiamiento.

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