Educación tecnológica para los adolescentes de México

Sin Miedo a la Corriente busca impulsar la educación tecnológica en el país interesando a los adolescentes del Sector STEM.

Con la iniciativa de impulsar la educación tecnológica en el país, surge en 2013 Sin Miedo a la Corriente donde Juan Carlos Murillo, Jorge Jaramillo, Javier Valenzuela y Aldo Mariela unieron fuerzas para iniciar este proyecto educativo en convenio con su universidad.

El objetivo del proyecto es interesar y preparar a estudiantes adolescentes de comunidades menos privilegiadas en la electrónica, informática y robótica, para motivarlos a estudiar carreras del Sector STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

“El método de enseñanza es empírico, enfocado en proyectos prácticos que combinan conceptos teóricos fundamentales con tecnologías innovadoras”, menciona Juan Carlos Murillo.

En el proyecto participan niños y niñas de edades entre 10 y 16 años, sin embargo, cada vez buscan que aumente el número de participantes mujeres, por ello, en 2018 Google les otorgó un apoyo para esta causa.

Como objetivo a mediano plazo, la coordinación actual conformada por Miguel Morales y Mauricio Garza, en conjunto con Juan Carlos Murillo, se encuentran trabajando para expandir Sin Miedo a la Corriente y poder impactar a niños de la zona de San Pedro Garza García, Nuevo León.

Activaciones de Sin Miedo a la Corriente
Activaciones de Sin Miedo a la Corriente

¿Qué hace diferente a Sin Miedo a la Corriente?

Tan solo un año después de su creación, Sin Miedo a la Corriente se convirtió en el primer proyecto social de Latinoamérica en ganar el concurso mundial Youthspark Challenge for Change de Microsoft.

Por otro lado, en 2017 recibieron financiamiento directo de Google para poder hacer crecer todavía más el proyecto y seguir fomentando su misión en más estudiantes.

Dentro de los casos de éxito se denota la participación de muchos jóvenes en competencias de robótica tanto estatales como nacionales, según es el caso de Robo Cup y FIRST.

Actualmente el proyecto ha impactado a más de 1000 jóvenes y cuenta con una red de voluntarios de más de 70 estudiantes de ingeniería del Tecnológico de Monterrey, quienes instruyen a más de 100 estudiantes al año.

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