De TRADFI a CRIPTO

Los cambios tecnológicos nos llevan a cambiar las propias ideas y a adaptarnos a los nuevos formatos de comportamiento.

Este concepto de transformación en finanzas lo han llamado, la transición de las TRADFI (Finanzas Tradicionales), esto es, el conjunto de conceptos tradicionales de la banca y las instituciones financieras al concepto de CRIPTO, esto es, moneda y banca digitalizada. Pero ¿qué tan preparado está el ecosistema mundial para adaptarse a esta evolución y transformación?, ¿qué tan rápido será? y ¿qué obstáculos enfrenta?

Huella ecológica de las Cripto

Los protectores del medio ambiente están preocupados porque la nueva tecnología para tener criptomonedas en el mundo está alimentada por un elevado consumo de energía, una importante huella de carbono con sus emisiones contaminantes.

Ha surgido así una nueva campaña llamada: “Cambiemos el código, no la campaña climática” (“Change the Code, Not the Climate Campaign”).  ¿Qué es lo que proponen los grupos ambientalistas?

Ellos sostienen que, si se cambian los mecanismos de codificación interna en la generación de criptomonedas, podría cambiarse también su gasto de consumo de energía y así podrían disminuir sus emisiones contaminantes.

Por ejemplo, las investigaciones de la Universidad de Hawai, concluyeron que sólo el Bitcoin, que hasta el momento aporta más del 50% de las criptomonedas generadas en el mundo, pudiera incrementar la temperatura del planeta en 2 grados centígrados para el 2033. Hoy por hoy, se estima que la minería de Bitcoin consume más electricidad que la que consumía a finales del año 2015, por lo que su huella de carbono está siendo vigilada por muchos ambientalistas.

La Universidad de Cambridge estimó que la demanda mundial de energía del Bitcoin es de aproximadamente 143 terawatt-hora anualizados. En la actualidad México ocupa el 14 lugar en el consumo de energía eléctrica en el mundo con un consumo anualizado de 267 terawatt-hora. Esto significa que el consumo de energía eléctrica de sólo la criptomoneda Bitcoin equivale aproximadamente al 55% de la luz que consume México.  

Precisamente Elon Musk, fundador y C.E.O. de Tesla, comentó en año 2021 que había suspendido la compras de vehículos eléctricos mediante el uso de Bitcoins por su preocupación de que la minería de esta criptomoneda tuviera un mayor consumo de combustibles fósiles. Musk afirmó que el uso de las criptomonedas son una buena idea en el futuro del planeta, pero que este avance tecnológico no puede venir acompañado de un costo para el medio ambiente.

En E.U.A., la oficina especializada en Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, advierte que los activos digitales podrían presentar un reto ambientalista en un momento en que el planeta necesita transformar todas las actividades humanas con un enfoque de combate al cambio climático.

Esta preocupación se consolida con lo observado por los defensores del clima que revelaron que el aumento en la minería del Bitcoin en China, donde la electricidad para sus operaciones es suministrada en parte por plantas de carbón, es altamente contaminante.

Consumo de energía del Bitcoin

Analizando específicamente el caso del Bitcoin, los resultados de las investigaciones realizadas revelan la razón de su alto consumo de energía para operar.

Primera razón

El Bitcoin es una moneda virtual que sólo existe electrónicamente en computadoras especializadas que cuentan con “Circuitos Integrados para Aplicaciones Específicas” (CIAEs) y son controladas por los “mineros”.

Un CIAE es un circuito integrado hecho a la medida para un uso en particular, en este caso para minar criptomonedas, por lo tanto, no es concebido para propósitos de uso general. Se usan para una función específica. Como ejemplo, un chip diseñado únicamente para ser usado en un teléfono móvil, se le conoce como un CIAE.

Los CIAEs son más eficientes y tienen una capacidad computacional más grande que las unidades centrales de procesamiento de datos de una laptop o de una computadora de escritorio. Para minar una criptomoneda se necesitan cientos o miles de estos CIAEs.

La Escuela del Clima en la Universidad de Columbia, estimó que a la fecha existen aproximadamente un millón de mineros operando en el mundo con estos CIAEs.

Segunda razón

Además de la energía que utilizan los CIAEs para minar, la mayor demanda de energía proviene del proceso utilizado por los mineros para crear y comercializar las criptomonedas.

Un sitio de análisis en el web conocido como Digiconomist, publicó que una sola transacción del Bitcoin usa un estimado de 2,272 kilowatt-hora de electricidad, equivalente al consumo de energía de una familia estadounidense durante 78 días.

La Universidad de Cambridge en su publicación y análisis del índice de consumo de energía del Bitcoin, concluyó que el Bitcoin utiliza más electricidad que la registrada en Suecia y otros países. Para crear una aceptación de la actividad de criptomonedas, los mineros del Bitcoin han buscado formas baratas de abastecerse de energía. Uno de los casos fue cuando iniciaron su abastecimiento de energía hidroeléctrica de la presa Coulee (Grand Coulee Dam) en el río Columbia en el estado de Washington, E.U.A. Sin embargo, éste es el caso de excepción, ya que la mayoría de los mineros de criptomonedas están usando plantas de gas natural y de carbono.  

La preocupación de los ambientalistas es que están señalando al Bitcoin como el cambio tecnológico que está reviviendo la industria de energías fósiles.

Protocolo de baja energía

Esta problemática presenta una gran oportunidad para emprendedores. ¿Cómo cambiar el código del software de las criptomonedas para que se convierta en un protocolo de baja energía y que mantengan la seguridad que ofrecen?

Las criptomonedas implican un nuevo entorno financiero en el planeta ya que se carece de un banco central o un país específico que controle su creación y su comercio.

Existe ya una propuesta por parte de nuevas criptomonedas: el cambio del método de “Prueba de Trabajo” (Proof-of-Work) al método “Prueba de Participación” (Proof-of-Stake).

Proof of Stake (PoS) o Prueba de Participación, es un protocolo de consenso creado para reemplazar al conocido Proof of Work (PoW) aportando una mejor seguridad a las redes que lo implementen, con una significante reducción en el consumo de energía para su aplicación.

El PoS es un algoritmo de prueba de participación, que consiste en un protocolo de consenso distribuido que asegura a la red de una criptomoneda mediante la petición de pruebas de posesión de dichas monedas.

Esto es, el objetivo de los mineros cambia de tener un proceso de validación de las transacciones en varios procesos (PoW), a un proceso de validación de consenso de posesión de la criptomoneda (PoS).

Las innovaciones tecnológicas deben considerar la ética y la sustentabilidad para su operación aceptable en un mundo que busca disminuir el calentamiento global. La  criptomoneda Ethereum ya inició el proceso de cambio de protocolo, afirmando que al implementar el PoS, podrían ahorrar 2,000 veces en eficiencia su uso de energía comparado con el PoW.  

Riesgos de las Criptomonedas

Cada día es más conocido este consumo excesivo de electricidad por parte de los mineros de criptomonedas, causando como ejemplo, una reacción en el estado de Texas en E.U.A. que está en el proceso de diseñar regulaciones para los mineros de criptomonedas, que deberán solicitar que se les otorgue un permiso de conexión a la red eléctrica antes de establecerse para minar criptomonedas. Texas no quiere sobrecargar su red eléctrica con el incremento en demanda de electricidad por parte de los mineros de criptomonedas.

Las nuevas tecnologías imponen una visión ética pero también de sustentabilidad para su operación, una visión en que las nuevas tecnologías financieras no se conviertan en una carga adicional para el planeta. Estos debates generarán nuevas regulaciones que protejan el consumo de electricidad tradicional y que sea abastecido en forma sustentable.

Este cambio tecnológico que proponen en el protocolo de las criptomonedas es una invitación a la reflexión ética y sustentable para todo proyecto emprendedor.

La minería y el uso de criptomonedas, con su excesivo consumo de energía, indudablemente van a enfrentar un mayor escrutinio regulatorio en la medida en que se amplíe la adopción de este tipo de pago en el mundo. Se esperaría que la huella criptográfica siga creciendo en los sistemas financieros, pero si a la vez su huella de carbón pone en peligro las metas anticontaminantes de cada país, sería importante para el emprendedor visualizar los peligros de financiar sus operaciones con criptomonedas, porque podría haber obstáculos en su uso, tal como lo declaró el mismo director de Tesla.

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